En la deconstrucción, se aprecia su pasaje en el verbo del latín sustentāre, que refiere a las ideas de ‘apoyar’, ‘acompañar’ y ‘cuidar’ traduciéndose a sostener, originándose en la raíz de sustinēre, entendido como ‘sustentar’, desarrollado a partir de sub-, por ‘debajo’, y tenēre, por la acción de ‘tomar algo’; seguido por los elementos -bili-, como posibilidad, y -dad, proporcionando sentido de pertenencia. Comprende la práctica racional de recursos naturales no renovables, en pos de la protección ambiental del planeta, contribuyendo en el equilibrio y la salud de las especies y ecosistemas. Como variante, e incluída en las páginas de la RAE, tenemos sostenibilidad. Por su parte, sustentable toma la condición de adjetivo, remitiéndose al latinismo -bĭlis a partir del sufijo -ble, que se manifiesta de esa manera por la injerencia de primer nivel del verbo sustentar.
Uso racional de los recursos naturales hoy y pensando en mañana
Este postulado que se usa asimismo como sinónimo de sostenibilidad ha cobrado gran protagonismo y uso en las últimas décadas a razón de su vinculación directa con el cuidado ambiental, temática que hoy despierta una honda preocupación por los concretos problemas que existen en el mundo entero a causa de tantísimos años de un uso de recursos naturales para nada sustentable.
La sustentabilidad implica usar dichos medios para la satisfacción de las demandas de las personas que viven hoy, peeero, el modo de hacerlo debe estar acompañado y guiado por un espíritu ecológico y consciente en el que prevalezca también la mirada hacia el futuro, no poniendo en riesgo la existencia de dichos recursos para la satisfacción de las mismas necesidades de nuestro prójimo.
Promover acciones que detengan el deterioro y eviten el colapso
Así como pensamos en no hacerle daño y procurarle todo el cariño que podamos a las personas que amamos, lo mismo debemos hacer con nuestro planeta, el lugar que nos acoge desde hace millones de años y que necesita ser cuidado para no colapsar.
La propuesta de la sustentabilidad se debe concentrar justamente en promover conductas que garanticen el bienestar de todos los que habitamos la tierra, solo de esta manera se podrá aspirar a disponer de planeta para rato, de lo contrario, el futuro estará ciertamente comprometido cada día más, es un trabajo y un compromiso que debemos asumir todos, sin excepciones.
La contaminación del aire y las aguas, la deforestación sin acompañarla de una satisfacoria reforestación, y el cambio climático, son algunas de las nefastas consecuencias que ha producido la desidia en materia de sustentabilidad, es decir, el hombre no actuó pensando en que esos recursos son finitos y por tanto había que trazar un plan para que su goce no se agote o dificulte, sino más bien que ha hecho todo lo contrario.
Por otra parte, los descuidó notablemente enfermándolos, arrojándoles residuos o gases, tal como sucede con el agua y el aire, respectivamente, a sabiendas que ello los deteriora.
Producir a conciencia SÍ, destruir conscientemente NO
Vale destacar que la sustentabilidad no propone de ninguna manera no proyectar ni promover el desarrollo económico y social de una región, para nada, apuesta a eso, pero siempre atendiendo y respetando los ecosistemas y el medio ambiente, es decir, que en el afán comercial no se los afecte y dañe, sino que se piense en ellos, se los incluya dentro de las planificaciones, para que sean parte fundamental, aunque siempre destinándoles una mirada protectora.
Pero la sustentabilidad no se circunsbribe únicamente al medio ambiente y a la economía sino que también dispone de influencia en ámbitos como el político y social donde es capaz de producir importantes beneficios para la ciudadanía, no solamente en materia de relaciones sociales armónicas y basadas en la solidaridad, sino también promoviendo instituciones sólidas que aseguren la vida social en un marco democrático y libre, donde se respeten los derechos, las diferencias, y prime la tolerancia.
Carta de la Tierra: un esfuerzo compartido a favor del respeto y la protección de la tierra y sus habitantes
Existen diversas iniciativas mancomunadas entre las que destaca por su alto grado de adhesión La Carta de la Tierra, una declaración internacional de principios para afirmar y garantizar los derechos humanos, la protección del medio ambiente, la paz y la igualdad, en todos los rincones del mundo.
Hacia finales de los años noventa se reunió una comisión conformada por personas y organismos de diversas partes del mundo, con el auspicio de la Organización de Naciones Unidas (ONU), y con el objetivo de empezar a redactar sus prinicipios básicos y rectores.
Si bien hubo otros antecedentes como la Carta de la Naturaleza (1982), cumbre de la Tierra en Rio (1992), y el Informe Brundtland emitido tras la reunión de la comisión de medio ambiente de la ONU en 1987, y que habló de la necesidad de redactar una carta de este tipo, sería en 2000, que la Carta de la Tierra encontró difusión y aceptación.
Sus conclusiones salientes: respeto y protección de la tierra y la vida en todas sus formas, buscar la conservación y restauración de la integridad ecológica, así como también garantizar la justicia social y económica, en pos del desarrollo, erradicando la pobreza, y hacia el fortalecimiento democratico.
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Referencia APA
Benjamin Veschi, 11/2018, en https://etimologia.com/sustentabilidad/