Etimología de Equilibrio

HuHu Lin

Proviene del término latino aequilibrium, conformado por los vocablos del mismo origen: aequus, que significa igual, y libra que refiere balanza.

Estadio marcado por un comportamiento estable y calmo

El uso está en estrecha vinculación con una situación en la que diferentes poderes actuando sobre un mismo objeto son capaces de producir estabilidad. El hecho que una de las voces originarias refiera a balanza no es algo casual sino más bien causal ya que esta es el instrumento que por excelencia se utiliza para medir la masa que compone a los objetos medibles con extrema precisión.

En nuestra lengua usamos la palabra extendidamente y con diversos sentidos, en tanto, la ecuanimidad y la proporción son la base de todo ellos: estado de estabilización que presenta un cuerpo gracias a que las fuerzas que influyen sobre él se nivelan e invalidan recíprocamente; armonía entre diferentes cosas; estabilidad que caracteriza algo; mesura en el comportamiento; y la moderación para llevar adelante una situación compleja.

Entonces, sean cosas o personas, el equilibrio da cuenta de un estado en el cual prima la estabilidad.

La balanza, icono excluyente del equilibrio

Generalmente las personas utilizan a la balanza con sus dos platos pesando objetos en el mismo nivel como símbolo del equilibrio.

Mientras que cuando uno de esos dos platos se encuentra marcadamente en desnivel será una acabada idea de desequilibrio.

La nociones de equilibrio y de contrapeso han estado y están muy asociadas a la balanza.

Los egipcios, pioneros del equilibrio comercial

Este instrumento está presente en la vida de los seres humanos desde tiempos ciertamente remotos y su creación no dista de la motivación que han tenido otros grandes y funcionales inventos, que alberga la historia, y que fue la de hacer más simple alguna actividad cotidiana.

Hace un poco más de tres mil años A.C. el comercio era la actividad económica más importante y que movilizaba en este sentido al antiguo Egipto.

La comercialización de productos era la actividad estrella de esta civilización en su etapa de mayor esplendor y entonces ello demandó una solución al problema del peso de los productos comercializados.

Esta necesidad de poder equilibrar peso de producto a la venta, con valor, animó la creación de la balanza egipcia, uno de los primeros instrumentos de precisión en ver la luz.

Su primitivo diseño contaba con una columna y un mango de madera atado con cuerda, y en sus extremos estaban dispuestas las típicas bandejas donde se colocaban las cosas a medir.

En esta época, en una de ellas, se colocaba el producto y en la otra una pesa que contaba con el precio que era convenido entre vendedor y comprador.

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