Como sustantivo posee referencia en el latín tardío en coordinatio, sobre el verbo coordinar que expresa su procedencia en coordinare, combinando los elementos del latín co-, refiriéndose a una asociación de cosas, y ordināre, para plantear la premisa de orden y organización, y éste último tiene base en ordo, que se interpreta puntualmente como orden.

La influencia de ordo se visualiza en ejemplos como: combinar (en latín tardío combināre), primordial (en latín primordiālis) u ordinario (en latín ordinarius).

En su origen se utilizaba en relación a las estructuras del lenguaje, y se observa una equivalencia sobre la significación en el griego sýntaxis. El orden de las palabras y el enlace adecuado de los vocablos solo tienen valor pleno cuando se realizan a partir de un criterio ordenado o coordinado.

Una idea que está presenta en el conjunto de actividades humanas

Toda oración o texto tiene que incorporar una correcta coordinación entre sus partes, ya que de lo contrario el mensaje es confuso e incorrecto. Esta idea inicial traspasó las fronteras de lo lingüístico y se proyectó en todo tipo de contextos y realidades.

En el mundo empresarial las distintas actividades de una empresa son «piezas» que requieren de un ajuste y de una adecuada combinación. Los ejercicios físicos destinados a la práctica deportiva también deben ser realizados de manera armónica. En el ámbito de la salud, el médico intenta que el paciente tenga un correcto equilibrio en las principales funciones vitales y por este motivo se habla de la coordinación muscular o de la motriz. La organización de un evento o la distribución correcta del tiempo disponible también necesitan de una cierta coordinación.

Muchas disciplinas y conocimientos científicos están asociados directamente con esta idea: la archivística, la taxonomía, la gramática, la lógica o la catalogación de obras artísticas. Se podría afirmar que es imposible construir un saber coherente sin ordenar sus distintos principios y dimensiones.

Cuando las cosas no funcionan

El orden en cualquier circunstancia implica que distintos elementos tienen un nivel de coordinación. Cuando se produce el fenómeno contrario decimos que hay descoordinación (el prefijo des indica que una acción o hecho está privado de algo).

La descoordinación presenta múltiples versiones y variantes. En ocasiones obedece a una circunstancia imprevista (por ejemplo, un accidente de automóvil desencadena un tráfico totalmente descontrolado). En algunos casos no hay coordinación como consecuencia de alguna limitación, torpeza o falta de inteligencia entre quienes organizan algo. En cualquier caso la descoordinación va acompañada de un fracaso, una derrota o un problema.