Etimología de Tocayo

Tiene referencia en el náhuatl como tocaitl, que remite a ‘nombre’ y lo que ello conlleva en términos de ‘honor’, ‘reconocimiento’ y ‘prestigio’, a lo que se asocia tocaie, por la ‘honra’ que procede al nombre que uno tiene, así como también notocapo, en el sentido de señalar, precisamente a ‘aquél que tiene un nombre como el mío’, o tetocayotiliztli, por ‘dar nombre a otro’. Entre sus usos, originalmente tocayo se adoptaría para señalar al ‘firmante’, por la rúbrica dada por la persona en algún tipo de documento, tal como consta en el Volumen 2 del Vocabulario en lengua castellana y mexicana del padre Alonso de Molina (1513-1579), fechado en 1571. También, están los trabajos del sacerdote Andrés de Olmos (1485-1571) en el Arte de la lengua Mexicana, concluido en 1547 e impreso en 1875.

Es importante remarcar la conjugación del prefijo to-, que se desprende del pronombre to, remitiendo a ‘nuestro’, a lo que caitl se interpreta por ‘nombre’. Uno se encuentren con una abundante familia relacionada a nivel lingüístico: tocaie, es ‘aquél que tiene nombre’, así mismo, se puede observar ontetocaitl, al respecto de ‘sobrenombre’, y el valor del prefijo to- se aprecia claramente en toaxca, por ‘ser nuestro’.

Sobre el origen de esta palabra, circula una hipótesis rebuscada e, irónicamente, muy consolidada y difundida, incluso en contextos especializados, que remonta al latín, en el contexto del compromiso en la celebración del matrimonio, postulando ‘Ubi tu Gaius, ego Gaia’, que se puede traducir a ‘donde está Gaius, yo soy Gaia’. Si bien la RAE tomó esta frase como fuente etimológica en dos ediciones de su Diccionario de referencia (DRAE), en la 13.ª (1899) y 14.ª (1914), luego optó por distanciarse del debate, declarando la etimología de modo indeterminado. La última edición de la DRAE es la 23.ª, lanzada en 2014.

Como en todo ámbito, el estudio de la palabra es afectada por posturas políticas, movimientos ideológicos e intereses o prioridades particulares, y hay que aclarar que la etimología no se caracteriza por la exactitud, por lo tanto, abre la puerta a manipulaciones e interpretaciones forzadas, como también involuntarias y bienintencionadas, pero no por ello son correctas. Resulta innegable la referencia del náhuatl, por lo tanto, es así que llega al español, y supone un desafío corregir una información que se tornó tan difundida. Más allá de las diferencias, se puede tomar el ejemplo de alumno que, para muchos, remite a una persona sin luz, tomándolo incluso como ejemplo a repudiar, sin saber que dicha interpretación es equivocada para empezar.

Tocayo remite a un individuo cuyo nombre propio coincide con el de otro, ya sea en la misma lengua u otra aún a pesar de la diferencia escrita y/o fonética que pueda existir, explorando un hecho de asociación independientemente del parentesco o la relación social entre ambos. Sirve de herramienta para un diálogo informal entre dos actores que se conocen por primera vez. También, se extiende su uso a la idea de ‘mejor compañero’, comúnmente adjetivado entre amigos, o ironizado al respecto de una cerveza helada. Tiene forma femenina en tocaya.

Otras palabras del náhuatl con gran alcance que repasamos en el sitio son aguacate, barbacoa, chocolate, tomate, y por supuesto México (aunque muchos aún prefieran enunciarlo Méjico en homenaje imperceptible a la conquista española y la regulación de la lengua).

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