Etimología de Conquista

MIG

Remite al latín medieval en las formas conquista y conquistus, sobre el verbo conquistar ubicado en conquisitāre, del cual se identifica la raíz principal en la forma del pasado participio en el latín vulgar como conquaerĕre, en alusión a ir en búsqueda de algo en el marco de un momento de victoria. Sobre éste último, quedan expuestos los componentes con-, que proporciona la idea de conjunto, y el verbo quaerĕre, que se lo interpreta como buscar o perseguir.

La idea de conquista se proyecta en tres contextos muy diferentes, comprendiendo el ámbito militar, el terreno amoroso y como sinónimo de una gran hazaña. Es así que el componente raíz aparece en palabras como: cuestionar (en latín quaestionāre), requisito (en latín requīsitus), encuesta (en el francés enquête, sobre los elementos del latín in- y quaerĕre, en referencia a indagar), adquisición (en latín tardío adquisitio), o querer (en latín quaerĕre).

En el sentido militar

Desde los tiempos más remotos los grandes ejércitos de las naciones poderosas han desplegado sus fuerzas con la intención de dominar y someter a otros pueblos. La acción de conquista tiene dos interpretaciones antagónicas: para el pueblo vencedor supone una victoria que expresa su fortaleza y para el pueblo vencido representa la derrota y la sumisión (la Conquista española de América del Sur es interpretada de dos maneras muy distintas dependiendo de cuál sea el punto de vista del pueblo vencedor o del pueblo vencido).

Durante siglos existió una figura jurídica singular, el derecho de conquista. Como el mismo término indica, consistía en ejercer el dominio de un territorio que previamente había sido sometido por la fuerza de las armas. No hay que olvidar, por otro lado, que también existe la idea de reconquista (en la historia de España el proceso de recuperación de los territorios cristianos en la península ibérica es conocido como la Reconquista).

Algunos personajes históricos simbolizan esta idea. Así, el rey de Aragón Jaime l recibió el apodo del Conquistador, ya que fue el artífice de la conquista de Mallorca, Valencia y otros territorios que durante siglos estuvieron bajo el dominio musulmán.

En el amor

En el terreno amoroso también se pone de manifiesto esta idea. Tradicionalmente el hombre ha sido quien inicia el proceso de seducción o conquista, pero las mujeres no han dejado de usar sus estrategias para conseguir sus objetivos. Al igual que en el ámbito militar, en el amor hay personajes que representan al individuo conquistador.

Un caso real fue Giacomo Casanova, un diplomático y aventurero del siglo XVlll que pasó a la historia por dominar el arte de la conquista.

En el mundo de la ficción destaca el personaje de Don Juan Tenorio. Incluso hay un tipo de «profesional» dedicado a la seducción y a la conquista, el gigoló.

La llegada a la Luna fue descrita como una conquista para la humanidad

Durante la Guerra fría que se inició a finales de la década de 1950 Estados Unidos y la Unión Soviética iniciaron una rivalidad para explorar el espacio. La carrera espacial tuvo episodios memorables, pero uno de ellos fue considerado como una gran conquista para la humanidad.

Cuando el astronauta estadounidense Neil Armstrong pisó la Luna el mundo enteró recogió la noticia como una de las mayores hazañas protagonizadas por un ser humano.

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