En el latín existe la referencia soros, traducido como hermandad, a lo que se suma el sufijo -dad que indica la pertenencia al grupo. Supone ser una propuesta que toma fuerza y se consolida en la actualidad alrededor del mundo, coincidiendo con una de las coyunturas sociales que más interés y adhesión han despertado en los últimos años: la lucha contra la violencia de género o cualquier otro formato de discriminación contrario al sexo femenino.
Hermandad femenina versus sociedad patriarcal
Da cuenta de la solidaridad y la hermandad entre las mujeres, especialmente en las cuestiones inherentes a la defensa contra los atropellos y violaciones reiterados que sufre el género en un contexto donde prima el patriarcado.
Erradicar el machismo y cambiar el paradigma que limita y menosprecia a la mujer
Dicha fraternidad entre mujeres se gestó y viene progresando desde hace varias décadas gracia al puntapié inicial que han dado varias feministas emblemáticas como Virginia Woolf, Mary Wollstonecraft, y por estos tiempos la mexicana Marcela Lagarde, entre otras, y tiene como principal objetivo terminar de una vez por todas con la ideología que prevalece en el patriarcado: el hombre es superior a la mujer en todo aspecto.
Como cosencuencia de esta posición es que asume una superioridad y control por sobre todo incluyendo a la mujer.
En este sistema no se admite un rol de par e igual para la mujer ni mucho menos, y lo más trágico del asunto es que avalados por ese sentido de preeminencia avasallan los derechos de las mujeres, y en casos extremos hasta se las somete a todo tipo de violencia para evitar que osen desafiar al hombre.
«Yo también», «Ni una menos» y «Mira como nos ponemos»
Ante la ola indiscriminada y cada vez más virulenta y extendida de ataques contra el género femenino, este concepto cobró protagonismo y es enarbolado desde diversas agrupaciones de mujeres que en los últimos años han llevado esa pelea a la calle y asimismo a las redes sociales, donde el término y su propuesta ha encontrado un eco fantástico.
Amor, respeto, tolerancia, e igualdad, son algunas de las cuestiones que se demandan desde los diversos colectivos de mujeres que se han hermanado ante el flagelo de la violencia masculina.
Los femicidios, como se denomina por estos tiempos a los asesinatos de mujeres, en buena medida en manos de sus parejas y en un contexto de violencia doméstica, dominan lamentablemente la escena mundial, y las mujeres cansadas ya se han hecho oír con la mencionada sororidad, el #niunamenos, #metoo, #miracomonosponemos (de Argentina) entre los movimientos más seguidos.
Y se propone algo más que erradicar el machismo: modificar y afianzar las relaciones entre las propias mujeres, que muchas veces caen en las trampas del patriarcado, avalando el ataque contra sus propias pares.
Este nuevo paradigma de apoyarse mutuamente para así lograr el empoderamiento propone además que el cambio se de en un marco de absoluto respeto por las diferencias.
La máxima autoridad en materia de lengua española, la Real Academia, la incluyó en sus clásicas modificaciones y agregados de palabras en diciembre de 2018, coincidiendo con la magnífica popularidad que cobró el término en dicho año.
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Referencia APA
Benjamin Veschi, 01/2019, en https://etimologia.com/sororidad/