Etimología de Demonio

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Hubo un tiempo en que el demonio fue bueno y apreciado considerando la raíz de esta palabra, observada en el latín tardío como daemonĭum, el cual lo toma del griego bizantino como daimónion, refiriéndose a genio, divinidad menor, o ente espiritual, que podía ser bueno o malo, es decir, no se lo había encasillado aún en el mal, en una época muy anterior a la del Cristianismo.

Es uno de los vocablos con mayor connotación negativa de nuestro idioma porque la tradición cristiana utilizó esta voz, y lo sigue haciendo, para designar a aquel ser que se opone directamente a Dios, perteneciente al reinado del diablo, pretendiendo expresas la maldad absoluta.

Para el poeta griego Hesíodo (siglo VIII A.C.) los demonios eran las almas de las personas muertas que tenían la misión de cuidar a los vivos.

Inclusive, los filósofos de tradición Socrática como Platón consideraban al demonio un ser que guiaba y le inculcaba conocimientos a los seres humanos, claramente una concepción híper positiva de los griegos para el concepto.

El Cristianismo instala su poder maligno y lo contrapone a la figura bondadosa de Dios

Sería entonces con la irrupción y el fortalecimiento del Cristianismo que a este concepto, y otros tantos vinculados con el paganismo, se le atribuiría un significado negativo, y a partir de ese momento se lo usó para referirse a la representación del mal.

Pero esta consideración no es excluyente del Cristianismo, y las otras dos religiones monoteístas más grandes del mundo, Islamismo y Judaísmo, asimismo, señalan al demonio como un ser malo e impuro que trae el mal y la tentación a la humanidad.

El Cristianismo más dogmático suele designarlo como ángel caído porque como consecuencia de haberse rebelado a los mandatos de Dios fue expulsado del cielo por éste, le arrancó sus alas, e irremediablemente cayó directamente hacia un lugar que se contrapone totalmente con el paraíso que implica el cielo: el infierno, un lugar oscuro, tenebroso y donde predomina la crueldad.

La Biblia exacerbó la concepción negativa

En la Biblia, el libro sagrado que nutre la religión cristiana, y más precisamente en su capítulo inicial conocido como Génesis, se lo representa a través de una serpiente que es la que animó a Eva a comerse el fruto prohibido a pesar que Dios le había pedido que no lo hiciese.

Ese comportamiento infiel para con Dios hizo que Eva y su pareja Adán, los primeros humanos que creó, sean expulsados del Edén y pierdan todos los beneficios.

Por otra parte, esa conducta marcó la aparición del pecado original de transmisión natural a las generaciones posteriores.

Todo por extirparlo de la humanidad: exorcismo y sacrificios

Era tal el miedo que los creyentes de las mencionadas religiones sentían por él que eran capaces de realizar sacrificios y hasta acudir a la práctica del exorcismo, que hasta ha generado por su popularidad mega producciones de Hollywood que abordaron el tema.

A través de ella y de la utilización de herramientas como crucifijos, oraciones que se repiten insistentemente, agua bendita, y restos de santos, es posible expulsar a la fuerza o espíritu del mal de donde se encuentre enquistado.

Personas, animales, objetos, lugares, pueden ser poseídos por el demonio.

Con el tiempo el concepto derivó en un uso popular y extendido, que trascendió a la cuestión religiosa, y que usamos para referirnos a aquella persona que se caracteriza por su maldad.

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