Remonta al latín como universĭtas, asociado al término universo, visible en el latín como universus, determinándose por los componentes unus, al respecto de una única unidad, evidenciando raíz en el indoeuropeo *oi-no-, por único, acompañado por el participio versus con respecto al verbo vertere, dada la acción de girar, cambiar o vertir, teniendo referencia en el indoeuropeo *wer-(2), por cambiar, y moldeándose con el sufijo -dad en la forma latina -tas, como agente de cualidad.
En la Edad Media el término universitas se usaba para designar al colectivo de estudiantes y maestros que conformaron los primeros centros de educación superior al margen de las órdenes religiosas.
De los centros académicos del mundo antiguo hasta la aparición de las universidades en la Edad Media
En la Grecia clásica ya existían instituciones destinadas a la difusión del conocimiento, como la Academia de Platón, la Stoa de los filósofos estoicos o el Liceo de Aristóteles. Con posterioridad la Biblioteca de Alejandría fue fundada con la intención de promover las distintas ramas del saber. En la civilización romana quienes pertenecían a las clases dirigentes tenían tutores que les introducían en algunas materias, especialmente la retórica.
En la Edad Media el clero promovió el conocimiento a través de los monasterios. En este contexto surgieron en Europa occidental las escuelas catedralicias, en las que los estudiantes se centraban en el análisis de los evangelios y en algunas disciplinas (por ejemplo, derecho canónico, astronomía, música o filosofía).
A finales del siglo Xl en la ciudad italiana de Bolonia se fundó la primera universidad
A ella llegaban estudiantes de toda Europa y, en este sentido, se respiraba un ambiente universal. En los siglos Xll y Xlll surgieron otras universidades, como la de Paris, Oxford, Cambridge, Palencia o Salamanca. En todas ellas los estudiantes y maestros fueron creando un sistema de enseñanza con dos grandes áreas como eje central, filosofía y teología. Así, se establecieron comunidades educativas con intereses propios y por este motivo las autoridades civiles les reconocieron unos fueros.
Quienes impartían clases no estaban sujetos a unos preceptos religiosos, por lo que la enseñanza se realizaba en un clima de libertad (de ahí viene precisamente la llamada libertad de cátedra universitaria).
Desde un punto de vista organizativo, la universidad medieval carecía de rectorados, facultades o bibliotecas, pues lo relevante era la comunidad de individuos dedicados al conocimiento. Por otro lado, la gran afluencia de estudiantes resultaba interesante para las ciudades, ya que se incrementaba la actividad comercial en todo tipo de sectores.
El trivium y el quadrivium
Con la consolidación de las universidades en el continente europeo se establecieron los primeros planes de estudio. En ellos destacaban las artes liberales, que se dividían en dos categorías: el trivium y el quadrivium. El primero estaba formado por tres áreas: gramática, lógica y retórica. El segundo incluía la aritmética, la geometría, la música y la astronomía.
Los estudiantes no tomaban apuntes porque el papel y la tinta eran escasos y muy caros. En lugar de los clásicos apuntes el profesor exponía un tema (la lectio) y luego los estudiantes comenzaban un debate sobre el mismo (la disputatio).
-
Referencia APA
Benjamin Veschi, 02/2019, en https://etimologia.com/universidad/
-
luis ponceSep., 2023
Estoy conforme de la temática y conceptos expuestos en este apartado. Agradecido.