Etimología de Teología

Jorisvo

El vocablo teología del latín (Theologia) y del griego (Theologîa) se refiere al estudio de las bondades y perfecciones de Dios, único, superior y todopoderoso. En el mundo antiguo fue considerada parte de la filosofía. Para Aristóteles antes de conocer el ser, era necesario comprender a Dios, principio y fin de la existencia humana. A partir de entonces, se la concibió como la ciencia del ser en su universalidad, manejándose en el campo de la especulación.

Será bajo la cristiandad cuando el término se aleje del pensamiento contemplativo y se fortalezca en el conocimiento reflexivo.

San Agustín, Santo Tomás y San Ignacio, son muestra de ello: Sus escritos han traspasado las líneas del tiempo y sus aportes son incuestionables.

A medida que avanzaban los siglos, se fue dividiendo lo que permitió una especialización teórica y práctica. La ascética, contemplaba las virtudes divinas; la dogmática, referida a las revelaciones dadas por Dios; la escolástica, dedicada a la reflexión filosófica; la moral, el orden y las acciones humanas; la mística, el acercamiento más espiritual y sublime con el creador.

La teología pastoral y la litúrgica son las que más se han desarrollado a lo largo de la historia de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, por cuanto están dedicadas principalmente a la difusión y transmisión de la palabra de Dios a todos los fieles

La pastoral, se dedica a los deberes que deben cumplir los servidores de Dios, sus curas de almas. La litúrgica se especializa en el estudio de las sagradas escrituras, las oraciones, los ritos y las ceremonias que se presentan bajo la celebración de la sagrada misa, momento en el que se expone el cuerpo y la sangre de Cristo y se divulgan sus enseñanzas; su fin, lograr que los creyentes distingan entre el bien y el mal.

La Iglesia comprendió que la fe era el medio por el cual se podía moldear la conducta humana. Los teólogos son considerados como soldados del gran ejército de Dios, llamados a contrarrestar las fuerzas del mal, que se manifiesta en las tentaciones de la carne.

A mediados del siglo XX, surgió del seno de la iglesia latinoamericana un movimiento conocido como teología de la liberación. Sus postulados apostaban por la emancipación del individuo a través la salvación del alma y de la búsqueda de Dios, camino que solo son posibles si se alcanza la plenitud del ser en su mundo real de carne y hueso. Los hombres y mujeres serán mejores cristianos si se liberan de las ataduras que el mercado y los sistemas políticos les han creado.

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