Etimología de Forestación

Green Cap

Con referencia en el latín, procedente de los vocablos forestis, que refiere a bosque, y el sufijo –ción, que remite a actuar, el concepto da cuenta de la actividad y resultado de plantar árboles.

En la práctica, supone un procedimiento cuyo objetivo es plantar árboles de manera extensiva en aquellos espacios que hayan sido afectados por una tala o quema abusiva por parte del hombre que provocó un contundente desequilibrio en el ecosistema.

Para restablecerlo es indispensable concretar esta acción. Se trata de una actividad que está en estrecha vinculación con el cuidado medioambiental, siendo su principal misión sanear las intervenciones humanas dañinas.

Fuentes de vida

Los árboles son fundamentales para mantener el equilibrio en el planeta porque proporcionan oxígeno para que todas las especies vivientes puedan desarrollarse conforme y son esenciales para absorber los gases de efecto invernadero, consecuencia directa del calentamiento global que padecemos hoy.

Sin duda alguna, sin ellos, la vida en el globo está en serio riesgo.

Como el resultado de dicha acción no es inmediato, es decir, lleva varios años que las especies que se vuelvan a plantar se desarrollen en su máximo esplendor, es preciso que los recursos se usen de modo racional, con una mirada sustentable.

Deforestación: combinación de la necesidad de supervivencia y el ansia económica

La tala o quemas de bosques han tenido como objetivo primordial obtener su materia prima que permite producir papel y madera, y en ese afán comercial se han destruido cientos de bosques sin haber planeado antes una adecuada forestación.

Otro factor que influyó fue la necesidad de lograr suelo donde desarrollar las actividades agrícolas ganaderas y mineras.

Complicaciones económicas y daños ambientales, muchos de ellos perpetuos, son las consecuencias directas de no forestar.

La deforestación, como se denomina formalmente a la destrucción de los bosques, atenta directamente contra el planeta y sus componentes: se extinguen las especies vegetales y animales, cambian radicalmente las condiciones meteorológicas, siendo un ejemplo concreto el brutal cambio climático que afecta a la tierra hoy día, erosión del suelo, y también genera desplazamientos forzados de poblaciones originarias.

Si bien en los últimos años se ha tomado conciencia del estado de cosas, hay un daño precedente que cuesta mucho reparar.

Tarde, pero llegó la conciencia sustentable

La designación de bosques como zonas protegidas es una de las medidas que se han tomado para revertir la problemática.

Con una normativa clara y aplicada en la práctica está comprobado que el problema puede reducirse.

El descuido que existió en el pasado por pensar equivocadamente que los recursos naturales son abundantes y que jamás se acabarán generó comportamientos nefastos como los descriptos.

La tala de árboles se remota a miles de años atrás y fue incrementándose a medida que progresaba el desarrollo de la agricultura, porque era necesario contar con suelo y con luz, límite natural a la luminosidad solar que imponen los árboles, para permitir que las cosechas crezcan.

Por otra parte, los altos costos y la creencia de estar perdiendo el tiempo con el procedimiento de forestación también contribuyeron en la desidia.

Ahora bien, hoy se entendió que es más costoso en lo ambiental y en lo económico perder los bosques enteros y para siempre.

La introducción de la tecnología y el perfeccionamiento de las técnicas han mejorado sustancialmente el panorama en dicho sentido.

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