Es un neologismo instaurado por el filósofo escocés, especializado en metafísica, James Frederick Ferrier en su trabajo «Institutes of Metaphysic» en 1856. Está conformado por el vocablo griego epistḗmē, para referirse al conocimiento y la experiencia, asociado a epistasthai, que postula entendimiento, con raíz en epi, interpretado como «por sobre» o «por encima», e histasthai, entendiendo la idea de posicionarse o erguirse, con referencia en el indoeuropeo *sta-, por «pararse»; por el otro lado completa el sufijo -logía, remitiendo al griego logos, al respecto de la palabra, saber o ciencia, con raíz en el indoeuropeo *leg-, por «seleccionar» o «reunir».

Doxa versus episteme

En la filosofía griega se establece una clara distinción entre ambas ideas. La doxa es simplemente la opinión sobre algo, es decir, el criterio subjetivo que provoca que experimentemos simpatía o rechazo por una idea o propuesta.

En cambio, la episteme es un conocimiento preciso y objetivo. Esta diferenciación quedó de manifiesto en la filosofía de Parménides, quien habló de la vía de la opinión y de la vía de la verdad. Indudablemente, los filósofos y los científicos intentan seguir el camino de la episteme.

La teoría del conocimiento

La mayoría de corrientes de la filosofía tiene su propia visión de la episteme y, en consecuencia, una teoría del conocimiento. La tradición empirista y positivista subraya el valor de la experiencia sensible y de aquello que puede ser analizado a partir de la experiencia. Las posturas racionalistas consideran que los sentidos solo son fiables si están guiados por el entendimiento y el raciocinio.

En la teoría del conocimiento de Kant se propuso una síntesis entre el empirismo y el racionalismo

Para Kant hay dos tipos de juicios: analíticos y sintéticos y, paralelamente, los que son a priori o a posteriori. Los juicios sintéticos proporcionan un conocimiento que previamente no teníamos (por ejemplo, el reloj es caro), mientras que los juicios analíticos no proporcionan un nuevo conocimiento (por ejemplo, todos los cuerpos tienen extensión).

Por otro lado, los juicios a priori son los que se realizan sin tener en cuenta la experiencia (por ejemplo, el todo es mayor que la parte) y los juicios a posteriori son aquellos en los sí interviene la experiencia sensible (por ejemplo, estos cuatro pájaros tienen el pico rojo).

El análisis de Kant sobre los distintos juicios se proyectó en el conocimiento científico y llegó a una conclusión: el verdadero conocimiento solo es posible con juicios sintéticos a priori. En otras palabras, alcanzamos el conocimiento auténtico cuando incorporamos información observable y cuando dicha información es invariable.

La disciplina filosófica que analiza el conocimiento científico

Las distintas áreas de la ciencia se sirven de una metodología para describir unos hechos y a partir de ellos se elaboran leyes y teorías. La ciencia como proceso de conocimiento lleva implícito un enfoque epistemológico.

Tal perspectiva o enfoque se ocupa del origen, trascendencia y finalidad del saber científico. En otros términos, la epistemología trata de encontrar algún tipo de relación entre la verdad de algo y su correspondiente realidad.