Etimología de Caridad

Rodnikovay

Se aprecia en el latín como carĭtas, manifestando el amor que surge de Dios, entendiendo la idea de compasión, afecto o misericórdia, precediendo del adjetivo carus, que remite a la palabra caro en el sentido de querido o apreciado, a instancias del indoeuropeo *ka-, por apreciar, acompañándose del sufijo -dad, que remite al latín -tas en carácter de cualidad. Al amar y ser amado por Dios, uno puede ver al otro como un hermano. Este sentimiento profundo se debe traducir en tareas concretas y por este motivo se habla de acciones caritativas.

Un sacramento esencial en el cristianismo

Este bien espiritual es una parte esencial de la religión cristiana desde sus orígenes. De manera simplificada podríamos decir que consiste en no buscar el interés personal sino en compartir la alegría y el sufrimiento con los demás.

Este sentimiento está asociado a su vez a la idea de pertenencia a una comunidad, ya sea la familia, el barrio, los amigos o la patria. El amor implícito en la acción caritativa es el que crea los lazos de cualquier comunidad humana.

En la eucaristía hay una referencia explícita a este sacramento, pues en ella la figura de Jesucristo expresa su amor a toda la humanidad. El acto litúrgico y simbólico de la caridad de Jesucristo proviene de su relación personal con sus discípulos, ya que antes de morir en la cruz les lavó los pies como un acto de humildad y de cercanía. Esto implica que el acto de la caridad es el que nos acerca a Dios y, al mismo tiempo, nos permite una mayor proximidad espiritual con los demás.

Las obras de misericordia en la tradición cristiana se inspiran igualmente en la vida de Jesús de Nazaret

Para un cristiano no es suficiente con sentir la caridad, sino que es necesario demostrarla con obras, con acciones concretas. En esta línea, los cristianos conocen algunas de sus obligaciones relacionadas con el amor al prójimo (visitar a los enfermos, dar de beber al sediento y de comer al hambriento o dar posada al peregrino).

Observar, por otro lado, que también hay obras de misericordia de tipo espiritual (perdonar las ofensas, consolar al que lo necesita o rezar por los vivos y los muertos)

La solidaridad es la versión laica de la caridad

La etiqueta «acción caritativa» forma parte de la tradición religiosa de los cristianos. Sin embargo, este concepto se ha debilitado paulatinamente como consecuencia de la pérdida de la fe en amplios sectores de la sociedad. En un contexto laico y no religioso se emplea la palabra solidaridad en lugar del término caridad.

La solidaridad es una motivación moral independiente de las creencias religiosas, mientras que la caridad se inspira en el amor de Dios para proyectarse hacia el prójimo. Para algunos la solidaridad tiene una dimensión horizontal, ya que implica tratar al otro como un igual, pero la caridad es vertical, pues el que tiene mucho renuncia a una pequeña parte para ofrecérsela a una persona necesitada (en este sentido el que recibe la acción generosa puede sentirse humillado).

Son ideas y sentimientos muy afines y se podría decir que la solidaridad es una forma de entender la caridad. Al margen de los matices y diferencias entre una idea y la otra, hay un elemento en común: la ayuda al prójimo.

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