Etimología de Misericordia

Renata Sedmakova

Se observa su origen etimológico en el latín misericordia, siendo miser el verbo empleado para expresar piedad; ese perdón con los demás que se vincula con un sentimiento de autocomprensión más profundo. Esta profundidad, llegará al fondo del individuo, a su cord o cordis, entendiéndose por corazón. De este modo, los vocablos latinos que la forman implican potentes sentimientos que evolucionan en el tiempo.

La misericordia es una cualidad propia del ser humano, una capacidad de perdonar, compadecerse y empatizar con los sufrimientos ajenos. Se relaciona directamente con gran parte de las religiones del mundo; esa virtud casi divina de expirar los pecados, de apiadarse del prójimo y poder entender los sentimientos de los demás.

Compasión: Sentimiento de pena, identificación de los males de alguien

La compasión forma parte de la misericordia. Es una pieza fundamental de su interpretación. En términos religiosos, esta cualidad forma parte del estado de la cuestión divina y de la capacidad de perdonar y despedir los pecados. Dios es compasivo y justo, siendo misericordia el extremo de estas dos capacidades.

El corazón es la parte que actúa, en donde se suman y unen para llegar a un todo mucho mayor. Sería un aspecto sobrenatural más allá de la compasión humana y de esa capacidad de encontrar el bien de cada uno de nosotros.

La pena o la tristeza forma parte de esta empatía; esa forma de entender las vidas de los demás imaginando los sentimientos que nos generarían sus mismas circunstancias negativas. La compasión se siente frente a alguien en desventaja o con problemas que no nos son propios.

La justicia de la misericordia

Justicia es apreciado en este contexto como un principio moral, dar a cada uno lo que le corresponde, lo que sería suyo siguiendo sus acciones.

En la misericordia encontramos el perdón, la absolución de ciertos episodios y de alguna manera la justicia en base a ellos. El que hace bien, siempre tendrá la capacidad de obtener lo mismo y el que hace mal, recibirá las mismas intenciones. En general, todas estas acciones pueden ser perdonadas o alabadas. Hay momentos en los que se habla de misericordia a cambio de una serie de acciones, para perdonar hay que buscar la justicia que viene determinada por unas de penalizaciones o acuerdos. No todo el mundo recibe la misericordia divina o humana de la misma manera. Esta prerrogativa divina puede estar en cada uno de nuestros corazones, relacionándose directamente con el nivel empático de cada uno.

Comprender los sentimientos de los demás

La concepción de misericordia no estaría completa sin la capacidad de empatizar con los sentimientos de los demás. La llamada empatía implica la intención de comprender emociones, intentando saber, y ponerse en el lugar del otro.

De origen griego empatheía implica emocionarse, sentir y en cierta manera es una profundidad extrema, a partir de lo que no solo se sienten las emociones propias, también las de los demás. Esta acción no se podría llevar a cabo sin un corazón misericordioso de por medio.

Esta capacidad se relaciona con el altruismo y la misericordia, ser capaz de ayudar y perdonar a los demás, saber qué es lo que ha sentido, en qué ha fallado o qué le ha llevado hasta la situación actual.

Buscador