Está formulado desde el francés autodidacte sobre la raíz griega autodídaktos, ésta última como resultado de la unión de dos elementos concretos: Autos-, que se refiere a uno mismo, como el que recibe la acción, realizándola por y para la misma persona; y dídaktos, por su parte, coloca de manifiesto el aprendizaje.
La influencia griega de las lenguas romances es menor que la latina, pero sobrevive en algunos casos específicos. Los griegos transmitieron una filosofía, forma de organización y enseñar que se ha caracterizado por una forma de ver el mundo que ha sobrevivido a lo largo de los milenios.
La didáctica es la disciplina de enseñar, el arte de transmitir conocimientos y de convertirnos en fuentes de sabiduría que difunde cada ser humano. Es una forma de orientarse en unos resultados, plasmar y reproducir unas ideas o prácticas. Esta técnica se aplica y se estudia para obtener objetivos.
La didáctica va hacia adelante, asegurando un conocimiento que se transmite y avanza en cada generación. Unas ideas abstractas o prácticas con unas bases perfectas para expandirlas.
Variables de género
Auto- es la persona, es el adjetivo que corresponde ‘a sí mismo’, la acción recae directamente sobre la persona que la lleva adelante. Esta partícula la encontramos en muchas variantes de nuestro vocabulario, tales como autocontrol, autoayuda, que ayudarnos a entender la etimología de este adjetivo. En el mismo caso, es simple y directo, controlarse o ayudarse solo son procesadas por el mismo ser en este caso.
Las variantes resultan iguales para el género masculino como femenino. No existe diferenciación para la misma persona. No obstante, se puede utilizar la forma autodidacto para el hombre, pero no existe una versión propia para la mujer.
Por su parte, el autodidactismo comprende la cualidad del autodidacta, un sustantivo masculino que se utiliza, en gran medida, para poder contemplar esta forma de construcción del conocimiento.
Los problemas del autodidacta para defender su formación
No existe obligación, presión o forma de evaluar, con lo cual un autodidacta sometido al autodidactismo es subjetivo, dependiendo de la capacidad y habilidad propia. La subjetividad es un aspecto destacable y difícil de matizar en este espectro.
Es capaz de aprender de ciertos errores o aciertos de forma subjetiva, nada le impide crecer o expandirse, siguiendo sus propias pautas. También, el aprendizaje que uno se impone puede ser totalmente erróneo. No existe una fórmula para medir los avances. Está guiado por una subjetividad que puede ser más que cuestionable. Paralelamente, está permanentemente expuesto a las críticas, siendo uno de los enemigos.
La falta de puntos de vista y de métodos de evaluación lo convierten en uno de los menos fiables, considerando que tradicionalmente, en todo proceso de aprendizaje aparece la figura del maestro y la del alumno.
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Referencia APA
Benjamin Veschi, 10/2018, en https://etimologia.com/autodidacta/