Etimología de Resiliencia

Xzelen Rain

Adoptado del inglés resilience, basado en el latín como resiliens con respecto al participio presente activo resilīre, refiriéndose a la idea de retroceder. Se emplea esta palabra para expresar el regreso de un sistema a su estado inicial. Su uso se proyecta en diferentes contextos: la ingeniería, la ecología o la psicología.

En la ingeniería y la ecología

Entre los ingenieros se habla de resiliencia para expresar el regreso de un material a su estado natural (por ejemplo, el límite de elasticidad de un objeto o la capacidad de resistencia de algunos materiales).

En el ámbito de la ecología se usa para indicar la capacidad de un ecosistema para su regeneración (por ejemplo, un bosque arrasado por un incendio tiene una cierta capacidad para regresar a su estado inicial).

Una palabra de moda en la terminología empleada por los psicólogos

Las palabras se parecen un poco a las prendas de vestir, pues van mutando con el paso del tiempo y en algunos momentos se ponen de moda. El término resiliencia ilustra bien este fenómeno del lenguaje. En el vocabulario propio de la psicología esta palabra se ha popularizado en los últimos años.

La capacidad de sobreponernos ante la adversidad

Las enfermedades, los desajustes emocionales o los problemas económicos son situaciones que provocan padecimiento y frustración. Ante cualquier forma de adversidad caben dos respuestas o actitudes vitales: rendirnos y darnos por vencidos o bien adoptar una actitud de lucha para superar la situación problemática. Ésta última opción depende de nuestra capacidad de resiliencia.

Ciertas estrategias pueden ayudarnos a ser más fuertes emocionalmente

En mayor o menor medida todos tenemos esta capacidad en nuestro interior. Recurrimos a ella cuando necesitamos compensar las circunstancias negativas con una actitud positiva. El aspecto fundamental asociado con la capacidad de resiliencia es la fortaleza emocional. En este sentido, hay ciertas recomendaciones generales que pueden servirnos:

– Valorar las dificultades como posibles oportunidades.

– Afrontar los nuevos desafíos con un espíritu positivo.

– Asumir que el fracaso es una posibilidad, pero no interpretar el fracaso como una derrota definitiva.

– Adoptar una actitud flexible frente a los cambios.

– Buscar la estabilidad emocional.

– Aprender de las circunstancias negativas.

– Mejorar la condición física.

– Centrarse en las soluciones y no en los problemas.

– Ser perseverante a la hora de seguir un camino.

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