Etimología de Recreación

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Con su origen en el latín, ubicado en el vocablo recreatio, comprende aquella actividad cuya meta es distraerse y renovarse del agotamiento que producen los quehaceres diarios.

Efectivo antídoto contra el agotamiento que generan la rutina y las obligaciones

Así, como cuando nos damos una ducha fría o caliente, según las preferencias y el clima en el que nos encontremos, y ello nos reporta un enorme bienestar y actúa como un refresco en el verano y una «estufa» en el invierno, el mismo impacto positivo tiene para muchas personas parar algunos minutos y hacer algo placentero, cuando la actividad laboral o estudiantil es intensa.

Tiempo libre para usarlo en aquello que más nos gusta, apasiona, o relaja: ejercitar el cuerpo, a través del deporte y el arte, o la mente, mediante la lectura de un libro o la práctica de un juego.​

Los Mayas, Aztecas, Incas, fueron cultores del juego con atribuciones mágico religiosas

Más lejos en el tiempo nos encontramos a la fantástica cultura egipcia desplegando todo su esplendor y ganas de entretenerse cerca del Nilo: practicando lucha, gimnasia, levantamiento de pesas, caza, arquería, o concentrándose en manifestaciones artísticas: danza, literatura, pintura.​

Más atrás en el tiempo, nos encontramos a dos civilizaciones mesopotámicas de enorme influencia como los Asirios y los Babilonios también practicando actividades físicas y deportivas muy similares a las que hoy se practican en los gimnasios.​

Pero fue en Grecia donde el tiempo para el ocio logró un lugar relevante y se expresó plenamente desde diversas actividades físicas, como sus antecesores, aunque con la novedad de la expresión artística y del cultivo del conocimiento como otras opciones recreativas

Ha sido justamente en la Antigua Grecia donde cobraron entidad y popularidad prácticas deportivas, que siguen vigentes hasta hoy, como los Juegos Olímpicos, y competencias artísticas que se cultivaban en los ratos ociosos de la población, tales como las de dramaturgia.

Dichos juegos olímpicos fueron una serie de populares competencias (carreras, saltos, lanzamiento de disco y jabalina, luchas, que se desarrollaron a partir del siglo VIII A.C., en las que se enfrentaban representantes de las ciudades estado griegas.​

Mientras que los romanos, que adoptaron muchos de los usos y costumbres griegos, también cultivaron los juegos, el deporte, y los festivales, entre otros, como fuentes efectivas de distracción.​

El circo romano fue una de las expresiones más relevantes en este sentido donde los habitantes se aglutinaron para entretenerse en sus momentos libres.

Nacieron de la inspiración de los hipódromos y los estadios griegos, pero con dimensiones mucho más grandes, y donde se celebraban carreras y espectáculos.

Junto al teatro y al anfiteatro romanos fueron las instalaciones donde se concentró el entretenimiento para esta cultura. ​

También en tiempos de esplendor del Imperio Romano, la pelea entre Gladiadores cobró una atracción impactante para el pueblo que asistía a los estadios para divertirse con ellas, despertando una pasión inédita entre los ciudadanos.​

Dejaron de lado la motivación ritual inciática para erigirse en espectáculos altamente convocantes.​

En la época que fuere, la reacreación se ha institucionalizado como un «refrigerio» rehabilitador corporal y mental, que además facilita la integración social.

El momento recreativo está asociado intimamente con las acciones lúdicas y agradables​

Las actividades y obligaciones cotidianas: estudiar, trabajar, entre otras, habitualmente, producen en las personas cansancio, estrés, en especial aquellas que guardan un alto nivel de exigencia, tanto en el plano físico como mental.​

Desde que el ser humano empezó a llevar una vida más intensa en materias como el trabajo, el estudio, los compromisos familiares, entre otros, surgió la necesidad de dedicarle más tiempo a actividades que le gusten, lo relajen, y lo alejen durante su desarrollo de la ansiedad y las presiones que las oblgaciones le producen.​

Aleja el estrés, la ansiedad y acerca al bienestar general

Está comprobado científicamente por variados estudios efectuados en diversas épocas que destinar un tiempo considerable de la vida al entretenimiento y a la distracción reporta concretos beneficios a la salud física y mental.​

El sedentarismo y el estrés aumentan los niveles de insatisfacción personal y son directos promotores de cuadros depresivos y ansiosos. ​

Tomarse un recreo regular de las actividades cotidianas, el tiempo que se pueda, pero tomarlo, permite alejarse del caos de los compromisos y regresar al trabajo o a la actividad que sea, renovados, y hasta con mayor energía, para seguir trabajando.​

Mayor productividad

En muchos casos ese momento de esparcimiento es crucial para predisponernos mejor cuando retomemos la actividad, e incluso aumenta la productividad. ​

Cuando las personas estamos descansadas, contentas, tranquilas producimos más y mejor.​

La recreación puede adoptar diversas formas dependiendo de los intereses de cada persona.​

En la física predomina la práctica de deportes o ejercitación física; en la artístico y literaria copan la actividad la danza, la música, el teatro, la lectura, entre otras, y finalmente la turística que requiere de mayor tiempo y recursos porque implica viajar.​

Una necesidad humana en todas las épocas

Si bien esta necesidad de escaparle al cansancio en todos sus aspectos, hoy, resulta imprescindible para no colapsar en una crisis dada la fantástica cantidad de cosas que hacemos al mismo tiempo, las antiguas civilizaciones, también humanas, con preocupaciones diferentes, pero problemas al fin, también hicieron uso de esta herramienta, y aunque parezca increíble porque han habido sustanciales avances en el campo del entretenimiento, nuestros ancestros han desplegado muchas de las actividades a las que recurrimos nosotros hoy para despejarnos y relajarnos.​

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