Etimología de Juicio

Satori

Se advierte en el latín como iudicium, con respecto al verbo juzgar como iudicāre, sobre los elementos del latín ius, contemplando la ley o normativa, y el verbo dicere, interpretándose como decir o bien como dictaminar si se lo traslada al marco jurídico, asociado a una raíz indoeuropea en *deik-, por mostrar o exponer.

Asociados a los vocablos ius y dicere, es posible identificar la influencia en: justo (en latín como iustus) prejuicio (en latín como praeiudicium), justicia (visible en el latín en iustitia) o jurisprudencia (con respecto al latín iuris prudentia).

Si bien es un concepto propio del derecho, su origen remoto está relacionado con el contexto religioso judeocristiano

En la tradición judía y cristiana hay muchas referencias al juicio final o universal. La idea fundamental de tal concepto es la siguiente: tras el fin de los tiempos llegará un día en el que todos los hombres tendrán que presentarse ante Dios y reconocer sus pecados. Para los cristianos el Juicio Final ocurrirá después de la segunda venida de Jesucristo al final de la historia. Para los judíos el Rosh Hashaná es el día en el que toda la humanidad será juzgada.

En el Antiguo Testamento hay un episodio singular en relación con este término, el juicio del rey Salomón. Su decisión final resultó modélica y por este motivo una decisión sabia es conocida como una decisión salomónica.

El juicio de Paris

Según los relatos de la mitología griega el rey Peleo y la nereida Tetis organizaron una boda a la que fueron invitados los dioses del Olimpo y algunos mortales. En plena celebración apareció Heris, quien no había sido invitada al banquete.

Ofendida por ello, se acercó a la mesa central del banquete y arrojó sobre una vasija una manzana de oro, al mismo tiempo que afirmó que aquel regalo sería para la diosa más hermosa. En la mesa se encontraban las diosas más importantes del Olimpo: Hera, Afrodita y Atenea. Cada una de ellas se sintió aludida por las palabras de Heris e intentaron apoderarse de la manzana de oro. En ese momento intervino Zeus para apaciguar la situación. Sin embargo, ninguno de los presentes se atrevió a decir quién era la diosa más hermosa, pues sabían que las otras dos podrían vengarse.

Para solucionar el conflicto Hermes recibió el encargo de buscar a un juez imparcial y alguien sugirió al joven Paris, un príncipe troyano que llevaba una vida solitaria

Cuando Paris fue informado por Hermes de la disputa cada una de las diosas intentó convencer al juez de que era la más hermosa.

Atenea soborno a Paris ofreciéndole una infinita sabiduría. Hera, la esposa de Zeus, le ofreció el trono de Asia y otros grandes poderes. Afrodita, la diosa del amor, le dijo al oído que si ella era elegida Paris obtendría el amor de la mujer más hermosa de la Tierra.

Paris no se atrevió a pronunciarse y las diosas, molestas por las dudas del juez, se arrancaron sus ropas y quedaron desnudas ante todos los comensales. Después de unos momentos de vacilación se decidió por la diosa Afrodita.

La promesa de la diosa se cumplió y Paris obtuvo el amor de la hermosa Helena, que era la esposa del rey de Esparta. Sin embargo, la furia de las otras diosas acabó provocando la Guerra de Troya.

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