Etimología de Escala de Valores

Alexandr Sidorov

Se lo registra en el latín como scala, sobre el griego skála, refiriéndose desde su significación histórica, a una escalera, y principalmente a un puerto en el que se detienen los barcos. Por su parte, Valores se observa desde el singular, ubicándose en el latín como valor, en alusión a un acto de valentía o a algo que tiene relevancia. Al fusionarse, formamos una nueva idea: el conjunto de virtudes o cualidades que sirven como guía moral para la conducta humana.

La escalera como metáfora para explicar los valores

Con una escalera podemos llegar a un lugar poco accesible con cierta facilidad y sin ella sería imposible conseguirlo.

Algo muy similar ocurre con algunos valores morales, como la generosidad, la empatía, la honradez, el respeto, el amor o la amistad. Se podría decir que cada uno de ellos es como el peldaño de una escalera, ya que sirven como elemento de apoyo para comportarnos de manera correcta y con un sentido ético.

La dimensión personal y colectiva

En el seno de la familia, en la escuela y en la vida en sociedad vamos asimilando ideas con una dimensión moral. Aprendemos a valorar ciertas ideas abstractas y les damos un valor, como la sinceridad, la solidaridad o la tolerancia.

De manera gradual vamos estableciendo prioridades morales y unas personas dan más importancia a unos valores que a otros. En otras palabras, creamos una escala de valores que se adapta al aprendizaje vital individual.

El individuo no se inventa unos valores, sino que estos forman parte de una cultura, de un contexto social y de unas coordenadas históricas. En cada periodo de la humanidad hay diferentes escalas de valores humanos.

En toda comunidad se van formado unos códigos morales que conforman una escala de valores

Durante el medievo se consolidó un código moral basado en algunas premisas profundamente cristianas: la obediencia a Dios y a los preceptos religiosos, la caridad y un elevado sentido del honor (con respecto a las mujeres, también debían ser puras, sumisas y obedientes al hombre).

En la cultura japonesa los valores morales se inspiran en las doctrinas de tres religiones: budismo, sintoísmo y confucianismo. Como pauta general, los japoneses dan prioridad a ciertas actitudes: el respeto al prójimo, el honor personal y familiar, la lealtad, la modestia y el sentido de la responsabilidad.

A pesar de dedicarse a actividades al margen de la ley, la tradición mafiosa italiana tiene su propio código moral. Son personas que valoran la lealtad, respetan las creencias católicas, tienen un elevado sentido del honor y respetan la jerarquía.

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