Se lo reconoce en el latín como terraemōtus, distinguiendo los elementos: terra, que señala al planeta propiamente dicho, sobre una posible raíz indoeuropea en *ter-, que remite a una superficie seca; y motus, que comprende la idea del movimiento. Se lo observa en el marco del proceso natural dado por el fenómeno de desplazamiento intenso de las placas de la tierra responsables de producir temblores de distinto nivel.

En inglés se lo adopta como earthquake, en catalán terratrèmol, en portugués terremoto, en francés tremblement de terre, y en italiano terromoto, entre otros.

Lisboa, San Francisco, Valdivia y Managua fueron devastadas por intensos movimientos sísmicos

Los movimientos intensos de la tierra pueden constituir una catástrofe de grandes magnitudes, ya que normalmente están precedidos de maremotos o tsunamis y, por otra parte, pueden generar incendios. A lo largo de la historia algunos sismos han destruido ciudades enteras, tal y como sucedió con el terremoto de Lisboa en 1755, con el de San Francisco en 1906, con el de Valdivia en 1960 o con el de Managua en 1972.

Hace 2000 años ya existían sismógrafos

La sismología es la disciplina científica que estudia las ondas producidas por la acción de los terremotos. Los primeros sismógrafos fueron empleados en China hace 2000 años y en la actualidad esta tecnología registra el movimiento terrestre en relación con una posición inmóvil. Para medir la magnitud de los terremotos se usa la denominada escala Richter, ideada por el físico y sismólogo estadounidense Charles Francis Richter en 1935.

Este fenómeno de la naturaleza solamente podía ser explicado en la antigüedad por la intervención de los dioses

Tal y como aparece en los relatos de Hesíodo, el titán Atlas era uno de los hermanos de Prometeo y el hijo de Jápeto y de la ninfa Climene. Como el resto de titanes, Atlas fue hecho prisionero en el inframundo. El dios Zeus le impuso un severo castigo: tenía que cargar sobre sus hombros el peso de la Tierra. Sin embargo, el dios de los mares (Poseidón) provocaba fuertes movimientos de las aguas para desestabilizar la quietud terrestre. Esta narración mitológica presenta una explicación totalmente lógica, ya que antes del pensamiento científico los humanos explicábamos los fenómenos de la naturaleza a partir de la voluntad de los dioses.

La tecnología antisísmica se ha desarrollado especialmente en Japón

Las nuevas construcciones en el país nipón incorporan todo tipo de sistemas para afrontar posibles terremotos. En este sentido, inmensas barras de acero se incrustan en la tierra y sobre ellas se construyen las edificaciones. En las terrazas de los edificios se reviste el suelo con un material para evitar que el agua se filtre por el interior del edificio. En síntesis, las nuevas construcciones han sido diseñadas para soportar los movimientos sísmicos de gran intensidad.