Destaca en el latín como religio, religiōnis, formándose a partir de 3 elementos: el prefijo re- expresa repetición, y por ende firmeza e intensidad, asimismo acompaña el verbo ligāre, señalando la palabra ligar sobre la idea de estrechar un vínculo (indicar que algunos autores tienen preferencia, en lugar de ligāre, por el verbo legĕre, que refiere a leer, dado el respeto y minucioso estudio de las escrituras sagradas), y finalmente se completa con el sufijo -on tomado del latín -o, -ōnis, propio de la estructura de la palabra para proporcionar acción y efecto. De esta manera, en su sentido etimológico, religión comunica el vínculo existente entre el hombre y una o varias divinidades.

La mayoría de culturas tienen uno o varios sistemas de creencias que aportan un sentido a la existencia humana. Identificar y manifestar esta conexión espiritual es la esencia de todas las religiones.

Las primeras manifestaciones artísticas permiten reconstruir el posible origen del fenómeno religioso

Si bien no hay una única tesis sobre el origen remoto de las creencias religiosas, algunos antropólogos sostienen que hace 10.000 años se produjo un cambio revolucionario en la mentalidad humana. Así, el hombre dejó de venerar a los animales o a los espíritus y empezó a articular un culto a unos seres supremos o dioses.

Esta afirmación se basa en las imágenes que aparecen en algunas cuevas, donde se distinguen figuras humanas con los brazos en alto como si estuvieran orando o suplicando. En otras palabras, los hombres primitivos se sentían subordinados a una fuerza divina de orden superior.

El Zoroastrismo fue la primera doctrina monoteísta

El Islam, el Judaísmo y el Cristianismo son tres religiones en las que sus fieles creen en un único Dios verdadero. Sin embargo, el primer sistema de creencias que afirma que hay un Dios todopoderoso es el Zoroastrismo. Se trata de unas creencias que siguen vivas en la actualidad, ya que unas 200.000 personas en todo el mundo practican esta doctrina.

Sus fieles se distribuyen geográficamente en tres zonas:

1) en la costa occidental de la India y se conocen como parsis porque provienen de Persia, la antigua denominación de Irán,

2) en Irán (un sector de la minoría kurda se ha convertido al zoroastrismo) y

3) en comunidades de migrantes distribuidas en Australia, Canadá y los países escandinavos.

Esta religión surgió en el actual territorio de Irán mil quinientos años antes de Cristo aproximadamente y su fundador fue el profeta Zaratrusta.

Se trata de una religión revelada, pues una divinidad confió a unas personas un mensaje divino

Por otra parte, en el zoroastrismo se propone un destino trascendente, es decir, algo que va más allá de la vida terrenal.

El dios del zoroastrismo es Ahura Mazda y el fuego es el elemento simbólico que representa el espíritu de esta divinidad. Para los zoroastristas todos los hombres son iguales y por este motivo rechazan cualquier forma de opresión.

Sus fieles son especialmente respetuosos con la naturaleza y debido a ello no practican el enterramiento de los muertos (los cadáveres se depositan en una torre elevada y de esta manera se evita la contaminación de la tierra).