Tiene referencia en el latín como aequinoctium, sobre la unión de: aequus, interpretado como igual, y noctis, señalando la noche (también se contempla en la forma latina nox), significando ‘igual noche’. Así, los equinoccios son los periodos del año en que la noche se equipara al día.
Estos periodos ocurren dos veces al año en todos los planetas del sistema solar
Básicamente, se desarrollan cuando el sol se encuentra exactamente sobre el ecuador de un planeta. Así, la línea imaginaria que divide las zonas de día y noche (el terminador) atraviesa los polos norte y sur del planeta y dicho ángulo provoca que todas las partes de un planeta reciban la misma cantidad de luz y de sombra durante un día, lo cual sucede en dos ocasiones cada año.
Existe el equinoccio vernal y el otoñal. El primero anuncia la llegada de la primavera en el hemisferio norte en el mes de marzo y el segundo indica el comienzo del otoño en el mes de septiembre.
Junto con los dos solsticios anuales, marcan el cambio de estaciones, el cual se debe a la inclinación del eje terrestre y su relación con la intensidad de los rayos de sol sobre el planeta. En cuanto a la palabra solsticio, también proviene del latín, concretamente del vocablo solstitium.
La observación del cielo en el mundo antiguo
En la civilización del Antiguo Egipto ya había construcciones que permitían observar los cambios de posición de los astros. Sin embargo, la comprensión de los equinoccios comenzó con los primeros astrónomos griegos.
Aristarco de Samos propuso que la Tierra giraba alrededor del Sol y, al mismo tiempo, proporcionó la primera estimación de la distancia entre la Tierra y el Sol. Eratóstenes fue el primero en medir la circunferencia de la Tierra con bastante aproximación. Hiparco de Nicea estableció el primer mapa estelar y catalogó más de 800 estrellas brillantes.
Contando con herramientas matemáticas básicas estos astrónomos hicieron cálculos e inferencias que permitían comprender el fenómeno.
El simbolismo del equinoccio de primavera y de otoño
Representan la dualidad en la mayoría de culturas, pues simboliza el binomio noche-dia y luz-sombra. En los días en que tiene lugar este fenómeno la luz comenzaba a ganar su batalla frente a la oscuridad.
Se podría decir, que en las antiguas civilizaciones la comprensión de este fenómeno tenía un componente metafórico, ya que la luz simboliza la verdad y la sombra la oscuridad, la mentira y las tinieblas. No es extraño que durante este día existan distintos rituales sagrados y celebraciones populares en todo el mundo (por ejemplo, en el conjunto arquitectónico de Chichén Itzá en la península de Yucatán en México el día de equinoccio los antiguos mayas veían descender una serpiente emplumada por las escalinatas del castillo de Kukulcán).
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Referencia APA
Benjamin Veschi, 10/2018, en https://etimologia.com/equinoccio/