Esta instancia del fenómeno cíclico anual se aprecia en el latín vulgar prima vera, al respecto del latín primum ver. En la antigua Roma la división del tempus estaba representada por dos períodos, uno extenso que denominaba ver, veris, englobando lo que eventualmente se distinguiría como prima vera, veranum y autumnus, y otro tempus breve protagonizado por el invierno que, por aquellos días, se lo conocía como hibernum.

De este modo, tenemos prima, al respecto de primero, con referencia en el indoeuropeo en *per-, por adelante o primero valga la derundancia, y ver, en señal del prólogo del verano, en sintonía con la interpretación de la raíz dada por el indoeuropeo *wesr-.

Así mismo, es interesante agrupar una serie de expresiones que toman estos elementos, como prima donna, en alusión a la voz femenina principal en la ópera, Opera Prima, entendiendo a la producción de referencia como también a la máxima realización, prima facie, como -a primera vista- observando que facies remite al rostro por faz, o ius primae noctis, pautando la primera noche correspondiente al Derecho de Pernada.