Etimología de Arte

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Tiene origen en el latín en las formas ars, artis, sobre una raíz griega en téchnē. En su sentido etimológico es una habilidad adquirida y como tal se opone a las facultades otorgadas por la naturaleza o natura y, por otra parte, al conocimiento riguroso de la realidad, la ciencia o scentia. Una disciplina como la matemática es puramente científica, mientras que la destreza para tocar una pieza musical es un arte.

En el mundo latino el término griego techne se tradujo como ars

La actividad artística en el mundo griego no se entendía exclusivamente como una habilidad para crear cosas estéticas. De hecho, en su sentido más remoto la techne para los griegos estaba relacionada con el vínculo maestro-discípulo.

El maestro conocedor de una habilidad manual transmitía a un discípulo una serie de enseñanzas para que desarrollara dicha destreza. Esta idea presenta un marco general de referencia, ya que todo lo que sabemos ha sido enseñado previamente por alguien.

En síntesis la techne es todo aquello que hace referencia a la transmisión del saber humano, lo cual incluye un amplio abanico de disciplinas: la gramática, la medicina, la pintura o la gastronomía.

Con el paso del tiempo, la idea de techne dejó de referirse al conjunto de habilidades que se aprenden para centrarse en un ámbito concreto: aquello que transmite belleza

En la Grecia Antigua fue creándose un nuevo contexto cultural, el mundo de la creación artística. En la Teogonía de Hesíodo encontramos las primeras referencias a las musas, las divinidades femeninas del Olimpo que entretenían a los dioses en sus fiestas. Las nueve musas simbolizan algunas de las habilidades creadoras que entretenían a los griegos.

Calíope representa la poesía épica, Erato la poesía lírica, Euterpe la música, Terpsícore la danza y Talía la comedia. La civilización romana heredó el legado griego y la idea de techne se transformó en ars o arte.

Un concepto en constante evolución

Durante siglos la idea de arte estuvo asociada a una actividad concreta: arquitectura, pintura, escultura o literatura. Sin embargo, en el Renacimiento la genialidad de algunos creadores hizo que el artesano que hace cosas más o menos bellas se transforme en artista.

En el siglo XVIII en Francia se acuñó el término Beaux Arts o Bellas Artes. A principios del siglo XX el periodista y crítico de cine Ricciotto Canudo publicó su «Manifiesto de las siete artes» (es en esta obra donde aparece por primera vez el cine como séptimo arte, tras la arquitectura, la escultura, la pintura, la música, la danza y la literatura).

Esta clasificación es una referencia clásica, pero no hay que olvidar que existen otras actividades artísticas, como la fotografía, el cómic o el videojuego.

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