Ubica su referencia en el latín como natio, y éste se basa en natus identificado como el pasado participio de nasci, entendido como nacer, sobre una raíz indoeuropeo en *gene-, en referencia a dar a luz. Se usó originariamente en relación con el lugar de nacimiento y con posterioridad adquirió su significado actual, que postula la construcción y consolidación de una comunidad que convive sobre un sistema de ordenamiento social a partir de un marco jurídico y delimitado geográficamente. La idea de nación comenzó a gestarse en Europa a partir del debilitamiento del sistema feudal.
Del feudalismo al estado-nación
Entre los siglos lX y XV los territorios europeos se encontraban gobernados bajo un sistema, el feudalismo. No es simplemente una realidad política, ya que también es un modelo económico y una estructura social.
El feudo es un territorio en el que los vasallos se asientan porque un señor feudal les concede este privilegio (por debajo de los vasallos se encuentran los siervos). Las mejores tierras del feudo pertenecían exclusivamente al señor y en ellas se erigía su castillo. El resto de tierras eran los mansos y en ellos se encontraban las zonas de cultivo, las aldeas y las tierras comunales.
Desde lo social, el feudalismo presenta un modelo piramidal: En la cúspide se encuentra el monarca y por debajo de él los nobles, los vasallos y los miembros del alto clero; el último escalón social lo formaban los caballeros, el bajo clero y los siervos
En el siglo XlV el modelo feudal comenzó a resquebrajarse. Son varios los motivos que explican su declive: el elevado gasto militar de las cruzadas, la pérdida de prestigio de los señores feudales y del alto clero, la desaparición de la servidumbre y la irrupción de la burguesía como nueva clase social.
Como consecuencia de todo ello, los habitantes de un lugar ya no se identificaban con el feudo sino con los valores de un territorio más amplio, la nación. Este fenómeno se puso de manifiesto en Inglaterra, Francia o España, mientras que en Alemania o Italia no se formó una nueva identidad nacional.
La idea de estado-nación se articula a partir de tres elementos: un territorio unificado, una población con características homogéneas desde el punto de vista cultural y religioso y, por último, un gobierno en el que el monarca absoluto es la máxima autoridad.
La etiqueta estado-nación
El poder absoluto de los monarcas europeos permitió que las estructuras del estado se reforzaran; imponiéndose así una lengua oficial, una religión y unas leyes comunes en todo el territorio. Este proceso de unificación promovido por el estado es radicalmente opuesto a la fragmentación territorial del feudalismo.
De esta manera, sobre la realidad de un estado fuerte se fue construyendo la idea de nación y por este motivo se habla de estado-nación.
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Referencia APA
Benjamin Veschi, 12/2018, en https://etimologia.com/nacion/
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JorgeSep., 2023
Hablar en el caso de España de identidad nacional en el siglo XV es algo poco contratable. La monarquía surgida del matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón no supuso si quiera el nacimiento de un nuevo estado. Los territorios de la Corona de Castilla y la de Aragón conservaron sus propias instituciones, sus fronteras, e incluso su política exterior.
El fenómeno del que se habla no se produciría hasta el siglo XVII, y dependería de la estructura social y los procesos históricos de determinados territorios (Países Bajos, por ejemplo).