Tiene referencia en el italiano quaranta giorni, sobre el latín quadraginta, que se traduce como cuatro veces diez, es decir, cuarenta, estando formado por quattuor, que señala el número cuatro, constituido sobre la raíz indoeuropea *kwetwer- y acompañado por el sufijo -ginta, que posee referencia en el indoeuropeo *dekm-, determinado como diez.

La aplicación que se le conoce a nivel de seguridad sanitaria remite a la época de la Peste Negra en el siglo XIV -una de las mayores pandemias de la historia de la humanidad, con una cifra de muerte que los expertos estiman en alrededor de los 200 millones-, precisamente como medida para contener la propagación de contagio a partir de aislar a los enfermos, observando 40 días como un plazo suficiente para notar señales de infección y brote; por su parte, en Venecia, Italia, cuando se detectaba una posible amenaza entre los pasajeros que llegaban en una embarcación, la misma quedaba totalmente bloqueada y no se permitía el ingreso a tierra hasta que no transcurriera tal espacio de tiempo.

La evolución en las medidas de cuarentena ante el avance del Covid-19 y la falta de conciencia individual

Desde un principio la amplia mayoría de países del mundo instaló un control inmediato a nivel aéreo sobre los vuelos procedentes de los países más lastimados, estos son Italia, Irán, Singapur, Corea del Sur, Japón y obviamente China. La regla general planteada por la OMS expone una cuarentena de 14 días, lo cual inicialmente se aplicó a aquellos con señales de infección, pero que luego tuvo que generalizarse para todos aquellos que llegan de las zonas en crisis ante la falta de conciencia social. Consecuencia de esto último, las medidas fueron insuficientes, y varios países avanzaron al bloqueo absoluto del ingreso a nivel regional, especialmente a instancias de Asia y Europa, analizando los casos de repatriamento. El daño que una única persona es capaz de generar por su irresponsabilidad a partir del momento en que viola la cuarentena es incalculable. En países como Argentina, el llamado a la conciencia individual se transformó en ley obligatoria con consecuencias penales.

Durante la semana del 12 al 16 de marzo varios países del mundo optaron por fortalecer las medidas, aislando el acceso total de extranjeros. En América Latina, Argentina tomo esta decisión el 11 de marzo, incluso al respecto de los países vecinos, observando que Brasil y Chile están entre los más afectados de la región, por su parte Perú hizo lo propio el 16 de marzo, al igual que Uruguay y Venezuela, y aún a pesar de la delicada situación en Chile, éste implementa el aislamiento el día 18 luego del anuncio oficial unos días antes, mientras que Brasil continúa una política de limitar el ingreso de ciertos países y recurrir al método de cuarentena ante posibles casos puntuales, observando que el propio Presidente Jair Bolsonaro violó la cuarentena en la que estaba (consecuencia de haber estado en contacto con un funcionario de su equipo que tuvo Covid-19) para participar de una manifestación masiva, además de criticar a los gobernadores de San Pablo y Río de Janeiro por cerrar las escuelas temporalmente, demostrando la seriedad con la que determinadas figuras políticas acompañan esta problemática.

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