La significación lógica del virus refiere a su uso biológico, constatado por vez primera en 1599. Posee referencia en el latín virus, en el sentido de veneno, remontando al indoeuropeo *weis-, entendiéndose por fluir, emparentándose con el griego ios, también por veneno. En 1972, en When Harlie was One, romance de ficción científica del novelista americano David Gerrold, aparece la denominación al virus informático como un programa (software) cuyo comportamiento y funcionalidad pueden ser asimilados a los de un virus biológico, observando que pasa por una fase de contagio e incubación, antes de liberar su carga vírica; en el libro el autor plantea la semejanza al respecto de la infección biológica.
Un virus informático es un tipo de malware (software de efectos perniciosos), que presenta un comportamiento análogo al de un virus biológico en lo que respecta a las fases de su vida, y cuya intencionalidad es la de provocar daño de algún tipo en los sistemas afectados.
Su finalidad puede ser muy diversa, yendo desde el robo de datos personales, hasta la destrucción de documentos y archivos, pasando por el simple gamberrismo.
Los virus informáticos incluso han sido utilizados por servicios de inteligencia y fuerzas de seguridad de varios países, y me atrevería a decir que todos los estados disponen de un arsenal de ciberarmas que incluye virus de diversos tipos.
Pueden llegar a un sistema informático camuflados como un programa inocuo, ocultos en áreas de discos no visibles o manipulables para los usuarios con pocos conocimientos técnicos, o bien extenderse a través de redes informáticas.
A partir de aquí, una cualidad inherente a los virus es su capacidad de autorreplicación, que es lo que los homologa a los virus biológicos y, por lo tanto, da sentido a su denominación.
También presentan un periodo de “incubación” antes de la liberación de su carga vírica (es decir, llevar a cabo las acciones malignas para las cuales ha sido programado), lógico si pensamos que, una vez lanza su carga, es detectado.
Si no es detectado durante un periodo de tiempo determinado, ello le permite replicarse sin ser detectado.
Para luchar contra los virus informáticos, su equivalente no son las vacunas, como podríamos pensar lógicamente, si no los llamados antivirus.
Hasta principios de la década de los noventa del siglo pasado, este tipo de programas eran denominados autorreplicantes.
Fue en 1980 cuando el investigador alemán Jürgen Kraus escribe una tesis comparando el comportamiento potencial de ciertos programas informáticos con el de los virus biológicos.
El primer virus considerado como tal fue el Elk Cloner para Apple II, programado en 1982 por Rich Skrenta (un estudiante de 15 años en la época). Lo único que hacía era, precisamente, replicarse. Nada más, excepto mostrar un texto escrito a cada cincuenta arranques con un disco infectado. Muy lejos de los efectos perniciosos del malware de hoy en día.
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Referencia APA
Benjamin Veschi, 03/2019, en https://etimologia.com/virus-informatico/