Se encuentra en el latín como relevāre, a partir del prefijo re-, que señala intensidad, y el verbo levāre, que se interpretar como levantar, brindando una imagen totalmente descriptiva de este fenómeno que se aplica en diferentes contextos, presentando una valoración especial en el campo de la geografía.

En su sentido geográfico

Los accidentes geográficos que hay en una región presentan muchas formas distintas. En el medio terrestre podemos encontrar montañas, cordilleras, mesetas, valles o colinas. En el medio marino también hay una diversidad de estructuras, como fosas oceánicas, cuencas submarinas o montes. Toda esta diversidad se engloba bajo una denominación general, el relieve.

Disciplinas científicas relacionadas

En la esfera de la geografía física hay una compleja estructura de disciplinas, como la hidrología, la glaciología, climatología o la paleogeografía. Todas ellas tienen una relación directa con los diferentes relieves.

La orografía se dedica al estudio de las elevaciones de la superficie de una región. Esta área del conocimiento permite planificar las infraestructuras básicas de un territorio (carreteras, puentes, líneas ferroviarias…).

La geología se divide en dos grandes áreas: física e histórica. La primera estudia los materiales que forman la Tierra y de qué manera los procesos de transformación actuan en la superficie terrestre. En cambio, la geología histórica se centra en el origen de la Tierra y su posterior evolución a lo largo del tiempo (la historia de la Tierra se divide en eras geológicas y estas a su vez se dividen en periodos).

Los mapas topográficos

El relieve de un territorio se representa en los mapas topográficos. En estas representaciones encontramos curvas de nivel, curvas madres y curvas intermedias (todas ellas son lineas imaginarias representan elevaciones distintas). Por otro lado, para levantar un perfil topográfico hay que realizar dos pasos generales: definir el área de un territorio y determinar una escala concreta y establecer las distintas curvas de nivel.

Otros usos de la palabra

A partir del verbo relevare también formamos la palabra relevante o relevancia. Por este motivo, si una persona presenta una característica muy singular decimos que es alguien relevante y, de manera inversa, si no aporta nada especial hablamos de alguien irrelevante. En esta misma línea, poner de relieve algo implica que hay una idea o aspecto que tiene una mayor importancia.