Se lo identifica en el latín como morbus, que remite al padeder de una enfermedad, asociándose a mórbido, ubicado en el latín como morbĭdus, con raíz en el indoeuropeo *mer-, determinado por lastimar (ésta misma raíz toma otros niveles dependiendo de las circunstancias, razón por la cual actúa también en la construcción del verbo latino mori, al respecto a morir). A partir de las raíces lingüísticas, uno aprecia la palabra morbilidad (como un derivado de mórbido) como la proporción de personas de una comunidad que se encuentran enfermas y, por otro lado, algunas patologías incorporan el adjetivo mórbido/a (por ejemplo, la obesividad). En un sentido coloquial el morbo postula una atracción oscura entorno a cosas o personas, enfatizando sobre aquello socialmente prohibido.
La curiosidad por lo prohibido
Desde un punto de vista estrictamente racional los acontecimientos desagradables o trágicos producen rechazo. Sin embargo, la psique humana es compleja y no siempre se guía por criterios racionales. Tenemos un componente instintivo e irracional que nos hace disfrutar de cosas consideradas como insanas. A esta inclinación la llamamos morbo. Se trata de un deseo o atracción hacia todo aquello que las normas sociales rechazan.
La persona que siente un deseo intenso por algo prohibido o inmoral la denominamos morbosa.
En el ámbito de la sexualidad
La atracción sexual presenta múltiples caras y matices. En ocasiones sentimos atracción por imágenes o personas que racionalmente nos producen rechazo. En otras palabras, el morbo tiene un componente contradictorio, ya que algo es rechazable desde la razón pero al mismo tiempo resulta instintivamente estimulante.
Las inclinaciones sexuales en esta línea son normalmente aquellas que están asociadas a cuestiones tabú (un ejemplo clásico sería el deseo sexual de un hombre por la mujer de su hermano).
Desde la mirada del psicoanálisis, la conducta morbosa se desencadena porque no tenemos un control efectivo sobre la mente inconsciente. En otros términos, nuestros esquemas mentales racionales no pueden controlar la dimensión instintiva de la psique humana y dicha falta de control se traduce en inclinaciones de tipo morboso.
El terror y los accidentes
El cine y la literatura de terror cuentan con muchos adeptos. En teoría se trata de una conducta inexplicable, ya que lo terrorífico provoca pánico y a nadie le gusta experimentar un sentimiento de miedo. A pesar de ello, hay un elemento misterioso que nos empuja hacia ello.
En la contemplación del terror en la ficción hay, por otra parte, una especie de juego mental (sabemos que la escena de miedo es falsa y, por lo tanto, nuestro miedo es igualmente irreal). Cuando ocurren accidentes de tráfico con heridos es muy habitual que aparezcan curiosos para observar los detalles de lo ocurrido.
Tanto en el contexto del terror en la ficción como en las situaciones trágicas se produce un misterioso efecto llamada, una especie de imán que nos empuja hacia lo incorrecto. Esta experiencia vital es la esencia fundamental del morbo. Hay que tener en cuenta que en el género del terror y en las tragedias existe una aproximación a la muerte, uno de los tabúes clásicos de la historia de la humanidad.
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Referencia APA
Benjamin Veschi, 02/2019, en https://etimologia.com/morbo/