Remite a fines del siglo XX, entre 1980 y 1982. Si bien algunos lo conocen simplemente por link o enlace, la denominación correcta del elemento que interconecta páginas web, posibilitando la navegación de una a otra mediante la pulsación sobre un texto, imagen, botón u otro elemento, es un hipervínculo, procediendo del inglés hyperlink. Está formado por el prefijo con referencia en el griego hyper-, distinguiendo un exceso o exageración, y el vocablo del latín vincŭlum, para señalar una relación o unión entre cosas y, eventualmente según el contexto, a personas, asociado al vebro vincire, interpretado por unir, atar o enlazar, con raíz en el indoeuropeo **wendh-, por tejer.

Es una propuesta funcional previa a la invención de la World Wide Web (formulada por el norteamericano Tim Berners-Lee a caballo entre 1989 y 1990), porque uno tiene que pensar que la Web se asienta sobre tecnologías y conceptos preexistentes, conjuntándolos y proporcionándoles un nuevo enfoque.

La idea de hipervínculo (también llamado hiperenlace por algunos) ya existía previamente en el servicio Gopher, un antecesor de la Web con el que se trabajaba en modo texto. Gopher estaba guiado por una interfaz en menús, cuyos elementos eran hipervínculos hacia otros menús y documentos.

La posibilidad de insertar en un documento una serie de elementos que, mediante hipervínculos, conducen a otros, permite vincular contenidos entre ellos y realizar una lectura cruzada.

Cuando no teníamos conexión a Internet, nos acostumbrábamos a parar la lectura ante un término desconocido para buscarlo en un diccionario o enciclopedia, o bien para ampliar información sobre un punto determinado de lo que estábamos leyendo. Con el advenimiento del hipertexto (que refiere al contenido que dispone de hipervínculos), la navegación entre registros de información se ha convertido en “multidimensional”; con sólo un clic podemos alternar entre fuentes, saltando de uno a otro y pudiendo retornar al punto de inicio.

Claro que, para seguir un hipervínculo, este tiene que haber sido creado. El autor del texto u otra persona con acceso a él, tiene que haberlo puesto y dotado de contenido. Un hipervínculo se expresa con un tag con sus correspondientes elementos, y una dirección única dentro del ecosistema de Internet, la cual puede corresponder a un archivo HTML tanto local (del mismo servidor) como remoto, otro servicio de Internet (correo electrónico, FTP,…), y también a una referencia interna dentro del propio texto que uno consulta, permitiendo saltar entre secciones.