Se identifica en el latín geographĭa, con raíz en el griego geōgraphía (γεωγραφία), compuesta del prefijo geō- (γεω-) originado de gê (γῆ), que implica ‘tierra’, siendo utilizado en otras palabras que tienen como punto de referencia a esta parte del sistema solar: geología (en el griego geō- y -logía), geodinámica (en el latín geō- y en el griego dynamikós δυναμικός por dýnamis δύναμις) o geométrica (del latín geometrĭcus, sobre el griego geōmetrikós γεωμετρικός), entre otras. A esta voz de origen heleno, se le añade el sufijo -gráphos (-γράφος), del verbo gráphein (γράφειν), que describe todo lo que tiene que ver con ‘dibujar’, ‘grabar’, ‘escribir’, y el sufijo -ía (-ία) que es utilizado para desarrollar sustantivos de diversa naturaleza que marcan relación con algo. A partir de tal combinación, se obtiene una traducción literal que consiste en el ‘dibujo de la tierra’. En este escenario, resulta clave en las ciencias naturales y sociales en el estudio de los mapas que conforman el planeta desde sus diversas variantes.

De este modo, se conforma su comprensión lingüística actual y que tiene su origen en el Período Micénico de la civilización griega que se desarrolló entre el año 200 y 1100 antes de Cristo, en donde Eratóstenes y Heródoto fueron los primeros historiadores que la emplearon.

No obstante, fue Alejandro de Humboldt el que ha pasado a la historia por ser el fundador de la geografía moderna

Entre finales del siglo XVIII y primeros del XIX. Hasta llegar a constituirse en una prestigiosa disciplina académica que se estudia en las universidades de todo el mundo por su especial relevancia en el conocimiento del planeta y su relación con el ser humano.

De todas formas, el significado real por el que es conocido internacionalmente es como la ciencia que estudia la tierra, en donde se tiene en cuenta los aspectos físicos y biológicos que tienen lugar en el planeta. Como consecuencia de su modernización lingüística a través de los siglos ha derivado a que también se aplique a paisajes, territorios, lugares o divisiones territoriales en el globo terráqueo, ramificándose en geografía general y regional, con diferentes ámbitos de análisis.

La figura e inspiración mitológica

Sus antecedentes históricos proceden del término Gea, que ha pasado a la historia por constituirse en la Diosa de la Tierra dentro la mitología griega y que tiene como contrapunto en la cultura latina a Terra o Tellus Mater. Con su aparición tras el Caos, que fue la primera figura cosmogónica que emergió en el universo, Gea fue la primera deidad que fue considerada como la Madre Tierra en el periodo micénico y que se conforma como el origen de esta palabra de aceptación mundial.