Etimología de Folleto

Tradition

Se aprecia en el italiano como foglietto, como abreviación de foglio, que remite a un folio tradicional donde plasmar información, procediendo del latín folio, a nivel plural, sobre folium, por la pieza de papel, teniendo raíz en el indoeuropeo en *bhel(3)-, por florecer, del cual también se desprende el griego phyllon para denominar a la hoja.

Históricamente comprende pequeños informativos universalizándose en torno a la función de guía, ya sea al respecto de un producto, lugar, o de acontecimientos recientes y próximos. Típicamente se entrega en este formato un resumen de los actos que conforman una obra de teatro, como también recomendaciones de lugares a visitar en una ciudad, o a modo de presentación de las posibilidades de un servicio prestado.

Efectivo recurso de promoción y divulgación

No suele ser menor a 4 hojas y no debe superar las 50 y sus principales usos son divulgación y publicidad, para promocionar productos y servicios.​

Cuando una empresa realiza la presentación de un nuevo producto es habitual que se entreguen estos materiales a los potenciales clientes, en el punto de venta o en otro que se escoja, a través de los cuales se los informa detalladamente sobre los beneficios del mismo.​

Por otra parte, cuando una marca o negocio quiere sumar consumidores suelen contratar personas que se ubican, en una esquina o en una zona muy concurrida, y a todos los que pasan por allí les entregan el folleto con la información alusiva al producto o servicio.​

La vía pública es el lugar más común por el cual circulan.​

Otra alternativa es depositarlos en los buzones de las casas y edificios de departamentos y se reparten luego como las cartas.​

El objetivo final, siempre, es que conozcan y compren el servicio o producto en cuestión.​

Presentación y comunicación concreta, simple y seductora

La información que contiene, como la redacción, deben ser clara, sencilla, ágil y atractiva, usando títulos que tengan gancho.​

Se deben explicar los beneficios del bien en cuestión y si corresponde agregarle fotografías o demostraciones del funcionamiento.​

Las imágenes suelen ser más contundentes que las palabras y por caso es que si es posible hay que sacarles el máximo provecho posible. ​

Diseños clásicos

Dependiendo de las necesidades de cada caso se pueden utilizar diversos diseños: el típico volante o flyer, una hoja sin plegar, o los dípticos y trípticos que son dos o tres hojas unidas que se pliegan.

Un instrumento que se sigue eligiendo


Si bien es una realidad que hoy las nuevas tecnologías han irrumpido con fuerza en casi todos los ámbitos y muchos instrumentos divulgativos y publicitarios han caído en desuso, este sigue manteniendo muchos fieles adeptos y así es recurrente apreciarlos en negocios, farmacias, en locales de comidas rápidas, dentro de revistas y diarios, entre otros.​

Su bajo costo y la relativa simplicidad de fabricación son los factores que siguen determinando su uso y los que oportunamente marcaron su popularidad hace cientos de años cuando empezó a usárselos tras la invención de la imprenta.​

La creación de Gutenberg hacia finales del siglo XV, sin lugar a duda, permitió imprimir gran cantidad de copias y entonces abrió paso a la aparición de instrumentos de información y de publicidad como este.​

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