Observado en el latín vulgar veclus, al respecto del latín vetŭlus, dado el genitivo vetŭlum, asociado a vetus, en alusión a la vejez del individuo, sobre el indoeuropeo *wet-, por año. Es un adjetivo que puntualiza de modo subjetivo el impacto del paso del tiempo reflejado en una cosa o ser vivo. Por ejemplo, en la actualidad, culturalmente un smartphone se considera viejo a un año de su lanzamiento, y desvalorizándose ante la llegada inminente de un nuevo modelo de la misma marca y serie, o de la competencia; el promedio de edad que vive una persona ha aumentado drásticamente comparado a la situación en la antigua Roma, cuando alcanzar los treinta años era un verdadero desafío, de esta manera la percepción de vejez se ha transformado desde entonces.

Es posible asociar las bases lingüísticas en veterano, en el latín veterānus, pautando el retiro de soldados, con la connotación de una experiencia vivida a nivel bélico, o en veterinario, visto en el latín veterīnae, remitiendo inicialmente a velar por animales que cumplían tareas de transporte logístico y que necesitaban tener cierta edad en paralelo al porte físico.