Etimología de Trigonometría

Ella

Se ubica en el griego como trigōnometría, construido sobre los elementos: trigonom, que remite a la figura del triángulo, conjugando el prefijo tri-, por el número tres, y el vocablo gōnia, que pauta un ángulo o esquina, de raíz indoeuropea en *genu-(1), en relación a ángulo; y luego destaca el griego metron, que remite a medida, evidenciando referencia en el indoeuropeo *me-(2), entendido como medir. Las relaciones que existen entre los diferentes lados de un triángulo rectángulo se conocen como razones trigonométricas.

En este marco, el conocimiento de las medidas de un triángulo implica a su vez la descripción de sus ángulos. Observar, por otro lado, que la trigonometría, la aritmética y la geometría son ramas de la matemática que surgieron en el mismo contexto histórico.

La semilla intelectual de esta disciplina se remonta a la prehistoria

El movimiento de los cuerpos celestes no solamente impactó a los primeros humanos sino que provocó una serie de preguntas sobre su movimiento. En la construcción megalítica de Stonehenge en Inglaterra es posible encontrar algunas respuestas a los rudimentos de la trigonometría en la prehistoria. Así, la disposición de las piedras están alineadas con el cosmos y dicha relación servía para predecir eclipses, para comprender las fases lunares o para anticipar la llegada del solsticio.

En el papiro Ahmes se encuentran las primeras descripciones de esta rama de la matemática

El estudio de los lados y los ángulos de los triángulos obedece a una necesidad, ya que las estructuras triangulares permiten construir pirámides o entender las formas creadas en el cielo estrellado.

El primer registro escrito de esta disciplina se encuentra en el papiro Ahmes que data del siglo XVl a. C (en él aparecen cálculos de áreas y volúmenes, así como repartos proporcionales y descripciones de poliedros).

Quienes han estudiado las pirámides de Guiza no dejan de sorprenderse ante una evidencia empírica: la distancia y el ángulo creado entre sus cimas es proporcional a las distancias y los ángulos de las estrellas que conforman el cinturón de Orión. Esta correlación solo tiene sentido si los constructores de las pirámides tenían amplios conocimientos sobre trigonometría.

Los matemáticos griegos

Con la cultura griega esta área del conocimiento matemático adquirió un nuevo impulso. En el siglo lll a. C Aristarco de Samos determinó la distancia entre la Tierra y la Luna empleando un sistema de triangulación.

En el siglo ll a.C el astrónomo y matemático Hiparco de Nicea descubrió la precesión de los equinoccios, creó las tablas trigonométricas e introdujo los conceptos de latitud y longitud para las mediciones geográficas.

Entre los siglos ll y l a. C Claudio Ptolomeo abordó todo tipo de asuntos: la periodicidad de los equinoccios, las desviaciones angulares o paralaje, el sistema de epiciclos o un método para predecir eclipses (su obra más conocida es el «Almagesto», el tratado astronómico y matemático que sirvió de fundamento teórico para defender el geocentrismo).

Los triángulos están en todas partes

Si miramos a nuestro alrededor observaremos que los triángulos están muy presentes en todo lo que nos envuelve. Estos polígonos se usan en la construcción de puentes para crear los soportes o en las torres eléctricas, en los utensilios que manejamos a diario (por ejemplo, una simple percha o una señal de tráfico) e incluso en la geografía física (el célebre triángulo de las Bermudas es uno de los enigmas que más llaman la atención a los investigadores de fenómenos extraños).

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