Es resultado de una transformación de la lengua, exponiendo referencia en el latín como operarius (remite simultánea y originalmente a operario), asociado al verbo operāri, entendiéndose como obrar, determinado por opus, en alusión a una obra o trabajo, con raíz en el indoeuropeo *op-, por «trabajar». Como cualquier otra palabra, ésta que analizamos debe entenderse en el marco de la historia.
Otras palabras que actúan con el mismo significado en la actualidad son: trabajador (en relación al verbo trabajar, sobre el latín tripalium, que refiere a una máquina de tortura), peón (en el latín vulgar pedo, pedōnis), o la distinción fuente dada por operario (en latín operarius).
El éxodo del campo a la ciudad y la irrupción de una nueva clase social en la Revolución Industrial
Una de las primeras consecuencias sociales de la Revolución Industrial iniciada en el siglo XVlll en Inglaterra fue el éxodo gradual del campo a la ciudad. Con el propósito de encontrar trabajo los campesinos abandonaron el medio rural y se trasladaron a las grandes ciudades, donde había fábricas que proporcionaban nuevas oportunidades para crear un nuevo proyecto vital.
La idea de obrero y de clase proletaria aparece en esta nueva coordenada histórica. Las grandes fábricas sustituyeron a los pequeños talleres y de esta manera surgió la necesidad de contratar masas de obreros. Así, la nueva clase social que lideró la Revolución Industrial (la burguesía) se opone a otra clase social, el proletariado.
Los orígenes del movimiento obrero en Europa
En la primera mitad del siglo XlX los trabajadores de las fábricas de las grandes urbes empezaron a organizarse creando asociaciones y sindicatos. Los sindicatos obreros británicos o Trade Unions fueron las primeras entidades de trabajadores que reivindicaron mejores condiciones laborales.
La jornada laboral en Inglaterra hacia 1850 era de 12 horas diarias, muchos niños trabajaban y no existía ningún tipo de protección social (con respecto al ocio, las tabernas constituían el principal centro de evasión entre la clase trabajadora).
Antes de la creación de los primeros sindicatos algunos artesanos ingleses impulsaron el movimiento ludista, el cual tenía como objetivo la destrucción de las máquinas de los talleres (los artesanos implicados en estas acciones de sabotaje entendían que las nuevas tecnologías iban en contra de los intereses de los trabajadores manuales).
El movimiento obrero no solo surgió de los propios trabajadores de las fábricas que reivindicaban mejoras en sus condiciones de vida, ya que también hubo intelectuales que alentaron la conciencia de clase proletaria y la necesidad de su emancipación como individuos
Los socialistas utópicos como Owen, Saint-Simon y Fourier y posteriormente Marx y Bakunin fueron los principales ideólogos que asentaron las bases teóricas del movimiento obrero.
Entre las obras más relevantes en este contexto cabe destacar el «Manifiesto Comunista» de Karl Marx y Friedrich Engels de 1848. Al final de esta publicación se hace un llamamiento al conjunto de la clase trabajadora: «¡proletarios de todos los países, uníos!» (con el paso del tiempo esta frase se convirtió en el lema de la Unión Soviética).
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Referencia APA
Benjamin Veschi, 12/2018, en https://etimologia.com/obrero/