Su pasaje remite al francés como didactique, en referencia al griego en didaktikós, expresión adjetiva para señalar la cualidad de saber instruir, sobre el pasado participio didaktos, enseñado, al respecto del verbo didaskein, por enseñar, sobre la raíz en el indoeuropeo *dens-, por aprender. Luego, interviene el sufijo -ico, en sentido de pertenencia. La forma femenina se plantea como didáctica.
Por su parte, el título de autodidacta se aprecia en el francés autodidacte sobre el griego en autodídaktos, pautado por el prefijo autos-, para señalar a uno mismo, en sintonía con la posibilidad e interés por aprender. En su origen la educación implicaba un acceso limitado al conocimiento, que demoraría décadas para universalizarse, observando que aún hoy existe una brecha en la formación superior consecuencia del costo que conlleva aprender.
La didáctica se ha transormado en un ícono que representa la habilidad del maestro para comunicar saberes al alumno, para lo cual se estudian técnicas y modalidades para estimular la participación y/o despiertar el interés. Paralelamente, más allá de los esfuerzos para incorporar métodos de enseñanza, existe cierta predisposición para ello, de modo que comúnmente se señala a la persona didáctica, extendiéndose a cualquier contexto.
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Referencia APA
Benjamin Veschi, 04/2020, en https://etimologia.com/didactico/