Es un adjetivo expresado en las formas del latín compĕtens, compĕtentis, asociado a competent-em, como presente participio del verbo competĕre, que responde a competir, regido por el prefijo com-, que remite a la idea de unión, y el verbo petĕre, que implica la acción de perseguir, alcanzar, luchar, ir o buscar entorno a algo o alguien, cuya raíz se evidencia en el indoeuropeo *pet-, por ir. Por su parte, el prefijo in-, en carácter de privación, es capaz de señalar la incapacidad del individuo, formando el adjetivo peyorativo incompetente, dado en las formas latinas incompĕtens, incompetentis.
Uno distingue esta palabra como la capacidad para llevar adelante de manera idónea una tarea, ya sea a nivel personal como profesional, enmarcándose en múltiples contextos, probándose a partir de los resultados producidos. En el marco de una entrevista laboral, se lo vincula al curriculum de una persona, observando que dicho documento permite exhibir los saberes en función del desempeño esperado, no obstante, los estudios no son una garantía de funcionalidad exitosa, razón por la cual se recurre a un análisis del comportamiento y las aspiraciones del postulante.
En el ámbito del estado, se aprecia que numerosos cargos son designados como favor político o ante un cierto interés de por medio, perdiéndose el valor y reconocimiento de esta premisa, no obstante, este accionar no pasa desapercibido por la sociedad, porque el comportamiento y los resultados hablan por sí mismos. Ser familiar de un alto funcionario público tampoco hace que la respectiva persona sea competente para la tarea que se le encarga.
El verbo petĕre tiene una presencia destacada en términos como repetir (expuesto en el latín repetĕre), apetito (visto en el latín appetītus), apetecer (declarado en el latín appetĕre) o petulante (en el latín petŭlans).
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Referencia APA
Benjamin Veschi, 09/2020, en https://etimologia.com/competente/