Etimología de Capuchino

Marynkin, Figel

Como opción de café, procede del italiano cappuccino, remontándose a la década de 1930, homenajeando a los miembros de la Ordo Fratum Minorum Cappuccinorum, movimiento religioso constituido en 1525, representándose en la figura del Padre Pio (1887-1968), protagonizando un particular atuendo acompañado de una capucha y mostrando una barba larga y blanca entre los más sabios, cuyos miembros se conocen precisamente como Cappuccinos. Se asocia al italiano capuccio, por capucha, al respecto del latín caput, refiriéndose a la cabeza, sobre el indoeuropeo *kaput, manteniendo el sentido; por su parte, el sufijo -ino indica pertenencia. Entre los términos vinculantes a partir de *kaput-, destacan capitán (observado en el latín bajo capitanus), capítulo (dado en el latín capitŭlum) o capital (declarado en el latín como capitālis).

Es descrito en 1948, en el libro Esto es San Francisco (en inglés This is San Francisco), del norteamericano Robert O’brien, quien experimenta una bebida con una tonalidad comparable a la túnica de un monje capuchin, hecho de chocolate con una pincelada de Brandy o Rum. De este modo, se expone como una propuesta que, sobre la base de un espresso clásico, se incorpora una camada de leche vaporizada que proporciona un grado de cremosidad, que incluye cacao, y que puede incluso combinarse con algún licor, diferenciándose radicalmente del latte, y de la base dada por el cortado, permitiéndole además superar los 220ml sin perder fuerza en el sabor.

Ange1011

En los tiempos modernos, es una de las opciones más exitosas entre los dueños de una Dolce Gusto, aunque pierde puntos en la relación precio-rendimiento por el hecho de que cada dosis necesita dos cápsulas (una de leche y una de café). Nota del editor: una mención especial merece el Mochaccino Canela que Nescafe lanza a principios de 2020, que agrega canela a su opción tradicional de café con leche, y que rinde 16 dosis en lugar de 8 como suele ser en estas líneas, increíble.

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