Esta palabra tiene un origen incierto y, de hecho, hay varias teorías sobre su etimología. Se afirma que viene del vocablo portugués barroco, una perla incrustada en las rocas y que presenta una apariencia irregular. Según otra valoración, proviene del francés baroque, que equivale a irregular, extravagante o bizarro. También podría derivar del vocablo latino barosus (esta palabra viene a su vez de la voz sánscrita baro, que quiere decir bárbaro).
Por último, su origen podría estar relacionado con una de las figuras válidas del silogismo aristotélico, concretamente Baroco (la denominación de todos los silogismos correctos fue introducida en el siglo Xlll por Pedro Hispano y en el caso de esta modalidad concreta se consideraba que podía dar pie a una cierta confusión).
En las diferentes versiones más arriba indicadas se observa que la palabra barroco tenía en su origen un significado peyorativo, ya que se asociaba a la extravagancia, la irregularidad o la confusión. En este sentido, vale la pena recordar que en el siglo XlX el arte barroco fue considerado de mal gusto.
Desde un punto de vista histórico el arte barroco fue impulsado por el espíritu de la Contrarreforma
La reforma protestante impulsada por Martin Lutero debilitó a la iglesia católica. El cisma cristiano provocó una reacción del catolicismo, conocida también como Contrarreforma. El punto de partida de dicha reacción se inició con el Concilio de Trento en 1545. Uno de los efectos del nuevo rumbo teológico fue un nuevo estilo artístico, el arte del barroco.
Una corriente artística que se proyectó en todos los órdenes
En la arquitectura este estilo se caracteriza por el uso de formas elípticas y curvas, así como la introducción de elementos artísticos exuberantes. Una de sus figuras más destacadas fue Miguel Ángel Buonarotti.
En la música esta corriente introdujo nuevas manifestaciones, como la sonata o la ópera. Vivaldi, Monteverdi o Bach son algunos de sus principales representantes.
Entre los pintores barrocos destacan Velázquez, Rubens y Rembrandt. El novedoso uso de la luz, el predominio del color sobre la línea y la dramatización de las escenas son sus principales características.
En la literatura hay abundantes figuras retóricas, referencias a la mitología y un estilo recargado. Entre los escritores más notables encontramos a Góngora, Calderón de la Barca o John Lyly.
En la creación escultórica, las obras se integran en la arquitectura y destacan las estatuas de desnudos y la ornamentación. Bernini en Italia y Gregorio Fernández en España son dos de sus principales representantes.
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Referencia APA
Benjamin Veschi, 04/2019, en https://etimologia.com/barroco/