Sustancia proviene del latín substantia, compuesto por el prefijo sub-, entendido como «estar debajo», y el verbo stare, que designa la el hecho de estar en pie. El sufijo nt- indica la acción de un agente como fulminante, culminante o potente. Por su parte, el sufijo ia- determina la cualidad patente de alguna cosa como en los casos de influencia, afluencia y suficiencia.
Ha presentado una diversidad de interpretaciones y usos a través de las diversas tradiciones del saber humano, entre ellas encontramos la de esencia, ser necesario, substrato material o espiritual, fundamento, entre otros. El vocablo ha generado controversia en el campo de la filosofía debido a su uso y diversidad de valoraciones.
Debido a que se trata de una noción conceptual fundamental en diversas ramas del saber como la teología y la filosofía, la determinación de su significado es condicionante de los sistemas de pensamiento que sobre ella se articulen.
Comúnmente las fuentes indican que hunde sus raíces ontológicas en el griego Οὐσία (usía), del cual se vale Aristóteles en el siglo IV a.C. en el desarrollo de la comprensión del ser en tanto que obra metafísica.
Sin embargo, a pesar de que su uso e interpretación más utilizada sea el de materia comprendida como sustancia que se encuentra debajo de las cosas fundándolas y manteniendo su esencia sobre la que ocurrirán los cambios accidentales. Esta perspectiva, según investigaciones filológicas y filosóficas más actuales, no parece ser la más adecuada a la interpretación que mantuvo Aristóteles en sus obras, que señalamos más arriba. Según el filósofo contemporáneo Miguel Montoya, comprender Οὐσία como sustancia material lleva a empobrecer la riqueza de sus verdadero posiblidad.
A través de la tradición filosófica, se distinguen dos interpretaciones frecuentes
En primer lugar como estructura necesaria, la cual emerge desde raíces metafísicas desde la antigüedad griega hasta nuestra contemporaneidad. Hace referencia al carácter necesario de la sustancia, es decir, lo que existe necesariamente sin depender de nada más y que sin ello nada pudiese existir. La esencia necesaria es la que designa la significación misma de una cosa, y es el objeto propio del conocimiento científico.
En segundo lugar, aparece el postulado de relación constante, basado en interpretaciones empiristas, comprendiéndola como una estructura necesaria del ser en su concatenación causal, porque todas las especies de causas son determinaciones de la «sustancia» necesaria.
-
Referencia APA
Benjamin Veschi, 11/2018, en https://etimologia.com/sustancia/