Conjuga el término católico, ubicado en el latín tardío como catholĭcus, indicando un marco universal, sobre el griego en katholikós, postulando una especie de «acerca de todo», pautado por los elementos kata, que se entiende como «sobre» o «acerca», y holos, interpretado como «total» o «todo», con raíz en el indoeuropeo *sol-, por «todo»; y acompaña el sufijo -ismo, para señalarlo como doctrina o corriente.

El catolicismo es una de las múltiples visiones despertadas por el cristianismo, sobre la base del reconocimiento de Jesús de Nazaret como el mesías.

Del cristianismo primitivo al catolicismo

Durante los primeros siglos de nuestra era los cristianos mantenían distintas interpretaciones doctrinales sobre Jesucristo: gnosticismo, montanismo, maniqueísmo, docetismo, arrianismo, etc. Con el fin de consolidar un cuerpo doctrinal unificado, en el año 325 se celebró el l Concilio de Nicea, en la actual Turquía.

Participaron obispos de todos los territorios donde había cristianos y el propósito del concilio era doble: unificar la iglesia y elaborar una doctrina común. A partir de entonces se estableció que la iglesia debía ser una, santa, católica y apostólica.

El catolicismo alude a la misión universal de la iglesia, ya que sus miembros se proyectan a toda la humanidad. Hay que indicar que católico y ecuménico son palabras equivalentes, pues ambas quieren decir universal.

La primera referencia a la denominación católico asociada a la iglesia fue hecha por Ignacio de Antioquía, un mártir cristiano del siglo ll que defendió la unidad de los dogmas cristianos y la superación de las distintas corrientes o sectas. Cuando se encontraba a la espera del martirio en la ciudad de Roma redactó siete cartas. En ellas se exhortaba a los obispos del mundo cristiano a consolidar la unidad de la iglesia y a evitar las inclinaciones judaizantes.

Los partidarios del arrianismo y del resto de corrientes cristianas fueron considerados movimientos heréticos tras el Concilio de Nicea

Para la iglesia católica el arrianismo representaba una interpretación errónea del Nuevo Testamento. Los seguidores de Arrio consideraban que Jesucristo tenía una naturaleza humana y divina al mismo tiempo y, por lo tanto, negaban la santísima trinidad.

Durante el Imperio Romano el arrianismo logró consolidarse entre los miembros de la clase dirigente, lo cual provocó una profunda división del cristianismo. Para superar esta situación el emperador Constantino promovió el Concilio de Nicea.