Etimología de Bonanza

Mi.Ti.

Tiene referencia en el latín vulgar como bonacia como una transformación del griego malakía, em ambos casos corresponden al mundo marinero para describir al estado tranquilo del mar, sin oleaje y con poco viento. Inicialmente los navegantes romanos emplearon la palabra malacia, que señala un mar tranquilo, con semejanzas en el vocablo griego malakía. Sin embargo, los marinos de la Antigua Roma dejaron de usar tal vocablo porque era muy similar al adjetivo malus (algo malo), paralelamente malakía describía en el griego un postulado ofensivo entendiéndose como algo débil-frágil. Así, a partir del vocablo bonus, que identifica algo bueno, se formó una nueva palabra, bonacia. En español hay abundantes términos sinónimos: bienestar (combina los componentes del latín bene y stare), tranquilidad (en el latín tranquilĭtas), serenidad (en el latín serenĭtas), prosperidad (en el latín prosperĭtas) o calma (en el latín cauma, con respecto al griego kaûma).

En el contexto del mar

En el medio terrestre el tiempo estable se valora positivamente, pero no tiene una valoración singular. En cambio, en el medio acuático sí es relevante que el mar y las condiciones meteorológicas permanezcan estables, pues de lo contrario la navegación es arriesgada. En consecuencia, si hay bonanza en el mar la travesía será más segura (la expresión marinera ir en bonanza significa que la navegación tiene lugar con un viento suave).

Si bien la situación de calma en el mar es una circunstancia que implica poco riesgo, no hay que olvidar que la bonanza en el estado del mar no es una situación ideal (la calma chicha de la bonanza no favorece la navegación).

Periodo de estabilidad en la economía

Al igual que los seres vivos, las palabras van cambiando con el paso del tiempo y adquieren nuevos significados. La situación de bonanza en relación con la tranquilidad en el mar se proyectó en otros ámbitos y circunstancias. De esta manera, hay un contexto de bonanza económica cuando el conjunto de actividades económicas atraviesan un periodo favorable (la mayoría de personas tienen trabajo, los precios son estables, la actividad comercial es intensa y no hay desajustes relevantes).

El lenguaje marinero en la comunicación

En la vida diaria manejamos palabras y expresiones típicas del mundo de la náutica. Decimos que alguien capea un temporal cuando supera una situación adversa y difícil.

Si iniciamos un viaje usamos el verbo zarpar, que equivale a levar anclas o simplemente salir a la mar en la terminología marinera.

Cuando una situación es especialmente tranquila empleamos la expresión calma chicha.

Si nos enfrentamos a un peligro evidente luchamos contra viento y marea.

El malestar al despertar tras una noche de fiesta se conoce como resaca y en este caso la sensación física desagradable se compara con el retroceso de las olas después de haber llegado a la orilla.

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