Son las iniciales que remiten a Global Positioning System (trasladado al español como Sistema de Posicionamiento Global), remontando a 1974. Aunque la mayoría de nosotros las confunda con un genérico que denomina a todos los sistemas de geoposicionamiento (que es realmente la palabra que los define), el GPS es el sistema norteamericano pionero, pero sólo uno de los varios que existen hoy en día.

Como todas las tecnologías de esta categoría, el GPS se basa en una constelación de satélites geoestacionarios que envían una señal a los receptores situados en tierra. Con las señales de cuatro satélites como mínimo, calculando el tiempo en que tardan en llegar al receptor, y sabiendo la ubicación absoluta de estos, se puede calcular la posición del usuario.

Además del sistema GPS norteamericano, el mundo cuenta con el europeo Galileo, el ruso GLONASS, y el chino Beidou.

El origen del GPS se encuentra en las necesidades militares de la guerra fría y en la carrera por conquistar el espacio.

Hasta 1964, para la navegación se utilizó un sistema con estaciones base en tierra llamado OMEGA, pero que adolecía de muchas limitaciones y, entonces, ya con cierto dominio sobre el espacio, los estadounidenses lanzaron seis satélites que constituyeron el sistema TRANSIT, predecesor del GPS, y que operó desde el 64.

En 1973 se combinaron los esfuerzos de la armada y el ejército del aire norteamericanos, principales interesados en disponer de un sistema de posicionamiento global, para dar lugar al programa de desarrollo Navigation Technology Program, que más tarde desembocaría en el NAVSTAR GPS.

NAVSTAR venía de Navigation System Using Timing and Ranging (Sistema de Navegación que Emplea Tiempo y Rango), mientras que GPS ya eran las siglas que conocemos hoy. Y, a partir de cierto punto, pasó a denominarse solamente GPS. Así, como vemos, y a diferencia de los sistemas que lo precedieron y que lucían todos y cada uno un nombre propio, la denominación GPS no son más que las siglas del sistema.

En este caso, se pone de manifiesto el pragmatismo y cierta falta de imaginación de los encargados de bautizar al sistema de posicionamiento. Y lo que nos debe quedar muy claro, sobretodo, es que no estamos hablando de una denominación genérica aunque lo parezca, si no de un producto comercial.