Primero, se distingue en el latín tardío systēma con respecto al griego sýstēma, contemplando la idea de orden u organización, y en segunda instancia encontramos en el latín cicurlatorius, que uno puede entender como una descripción del pasaje y pertenencia dentro del cuerpo. Se observa también el término circulación, en latín circulatio. Comprende el conjunto de órganos y estructuras involucrados en el proceso de circulación de la sangre, abarcando el corazón y los vasos sanguíneos.
Corazón, del latín cor
El corazón es el principal órgano que compone a este sistema. Esta formado por una pared muscular que se distribuye dando origen a cuatro cavidades que funcionalmente se dividen en cavidades derechas e izquierdas. Estas se comunican entre sí y con las arterias por un sistema de válvulas.
Las cavidades derechas incluyen a la aurícula y el ventrículo derechos. Estas reciben la sangre sin oxígeno y la dirigen hacia los pulmones. Las cavidades izquierdas reciben la sangre oxigenada proveniente de los pulmones y la bombean hacia los distintos órganos y sistemas.
El corazón tiene la particularidad de que cuenta con un tejido nervioso propio que permite originar los impulsos eléctricos que producen la contracción muscular que percibimos como latidos. Este impulso se origina en la pared posterior de la aurícula derecha y es conducido por terminaciones nerviosas hacia los ventrículos.
Este nodo se activa tempranamente en el embrión, desde la 6ta semana de gestación y se mantiene activo de forma ininterrumpida hasta el momento de la muerte.
Vasos sanguíneos, del latín vasum y sanguineus
Los vasos sanguíneos son un complejo sistema cerrado de conductos que tienen como función transportar la sangre.
Los vasos originados en el corazón, y que llevan la sangre hacia la periferia, se conocen como arterias. Aquellos que recogen la sangre de los tejidos y la llevan de vuelta al corazón se denominan venas. Las arterias se continúan con las venas a través de unos vasos de diámetro muy pequeño conocidos como capilares, a ese nivel es donde ocurre el intercambio de gases en los tejidos.
Las arterias y las venas tienen una estructura diferente. Las arterias tienen una pared más firme gracias a la capa muscular que las ayudan a distenderse con la sangre impulsada por cada latido del corazón, dando origen al pulso. Las venas por su parte tienen una pared más delgada y cuentan con la presencia de válvulas en su interior que evitan el flujo retrogrado, es decir en sentido inverso, estimulado por la gravedad.
Funciones del sistema circulatorio
Este sistema tiene la función de recoger la sangre desoxigenada, así como los productos de desecho del metabolismo como son el agua y el dióxido de carbono, para trasladarlo hacia los pulmones. Allí la sangre se oxigena y gracias a la circulación transporta el oxígeno hacia los diversos órganos y sistemas.
Regulación del funcionamiento del sistema circulatorio
Este sistema es regulado por el sistema nervioso autónomo. Si bien los latidos cardíacos son autoiniciados en el corazón, el sistema nervioso regula aspectos como la frecuencia de los latidos y la presión arterial.
Esto último se logra mediante el control del volumen de líquidos en el cuerpo por su acción sobre los riñones y por el tono de la pared de los vasos sanguíneos.
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Referencia APA
Benjamin Veschi, 01/2019, en https://etimologia.com/sistema-circulatorio/