El psiquiatra francés Henry Marc lo denomina como tal en un trabajo publicado en 1833, observándolo como una monomanía instintiva e impulsiva, exponiendo la idea de un comportamiento contra la naturaleza que solamente puede explicarse desde la insanidad a pesar de que el perpetrador aparentemente es consciente de sus actos. Es una construcción dada por los elementos del griego piro-, sobre Pyros, refiriéndose al fuego, con raíz en el indoeuropeo *pewor-, por fuego, y manía, en alusión a un estado de locura o exaltación. Por su parte, pirómano es la adjetivación del término, indicando el sufijo -mano en referencia a manía, en función de la intensidad excesiva manifiesta por el individuo.
En 1845, Jean-Étienne Esquirol, otro renombrado psiquiatra francés lo clasificaría como un deseo instintivo por quemar algo, llegando al punto del delirio, abriendo paso a intensos estudios para tratar de descifrar el por qué de este comportamiento. La Asociación Americana de Psiquiatría determinó en 1952, en su DSM-I, a la piromanía como un desorden obsesivo-compulsivo, sin embargo, este criterio fue rechazado por numerosos especialistas, de este modo, en el DSM-II de 1968 presentado por dicho el organismo se omitiría mención a la piromanía por completo, y retornaría en el DSM-III, de 1984, enmarcándose como un desorden de control-impulsivo.
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Referencia APA
Benjamin Veschi, 04/2020, en https://etimologia.com/piromania/