Está registrado en el latín como lingua, entendiendo la dinámica de sus múltiples significaciones a partir de su forma a nivel biológico, como vehículo no sólo para que el ser humano se nutra sino también para que se comunique, y a partir de esto último se lo asocia como una materia de estudio en los primeros niveles para un correcto uso del lenguaje (término con referencia en el occitano como lenguatge), así como una ciencia regida por la lingüística (del francés linguistique, sobre linguiste), y resaltando el título de lengua materna para indicar el idioma con el que uno se relaciona culturalmente desde el nacimiento, entre otras consideraciones.

La lengua remite al correspondiente sistema hablado en cada comunidad, entendiéndose como estructuras dinámicas en constante evolución que reflejan las costumbres locales.

También, la capacidad de entender dos idiomas se denomina bilingüe (en el latín bilinguis), seguido de trilingüe (en el latín trilinguis), cuatrilingüe (en el latín quatrilinguis), y prodigio (en el latín prodigium).