Etimología de Inminente, y eminente

La palabra inminente tiene su origen en el latín imminens, imminentis, como participio presente del verbo imminēre, que refiere a la acción de ‘amenazar’ o al hecho de ‘colapsar’, ‘caer’, compuesta por el prefijo in- que indica dirección/movimiento hacia algo, y minēre, de ‘sobresalir’, ‘amenazar’. Básicamente, imminēre refleja la idea de algo cuyo estado se coloca en jaque, es decir, que tiene una gran posibilidad de ocurrir, y tiende a asociarse a cuestiones delicadas, significativas. Aunque originalmente podría haber tenido una connotación más negativa debido a su significado de «amenazar», en la actualidad puede utilizarse para describir cualquier hecho que se espera que ocurra en un futuro muy cercano, ya sea positivo o negativo.

Paralelamente, el núcleo minēre se ubica en eminente, sobre las expresiones del latín emĭnens, emĭnetis, participio presente de eminēre, en este caso en sentido de ‘sobresalir’, ‘destacar’, y marcado por el prefijo e-, que actúa respecto ‘sacar algo afuera’. Por lo tanto, mientras que inminente tiene un carácter temporal y amenazante, eminente comprende algo o alguien que logra llamar la atención en el mejor de los sentidos. Ambas palabras comparten la raíz minēre, pero los prefijos in- y e- modifican completamente sus matices.

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