Etimología de Hermafrodita

Ubicado en el latín como hermaphrodītus, sobre el griego en hermaphróditos, supone una composición regida por los nombres de los dioses Hermes y Afrodita, surgiendo de las historias mitológicas griegas. En una de las traiciones de Afrodita a Hefesto, éste preparó una emboscada para exponer la relación que mantenía con el dios de la Guerra, Ares. De este modo, entre los dioses testigos de la aventura, Hermes optó por defender a Afrodita, lo que despertaría una pasión entre ambos que daría como resultado a un hijo llamado Hermafrodito, originalmente nacido hombre.

Sin embargo, al alcanzar los dieciséis años, en una visita a una laguna, su belleza cautivó la atención de la ninfa Salmacis que se encontraba allí, y ante el rechazo del joven, lo abrazó y llevó al fondo del lago implorándole a los dioses que nunca los separaran. El pedido sería atendido, y generaría la unificación de ambos cuerpos, abriendo paso a la figura de hermafrodita.

Es una condición capaz de identificarse en un ser humano a partir de la que se expresan los géneros masculino y femenino ante la presencia biológica simultánea de testículos y ovarios.

En la botánica, el paralelismo dado en la presencia conjunta del pistilo (femenino) y estambre (masculino) se reconoce en flores como la rosa o la magnolia. En el ámbito de la zoología, se observan especies entre gusanos o caracoles clasificados como hermafroditas dada la composición de sus organismos. Está documentado por Darwin en 1859, así como por otros estudiosos desde el siglo XVIII.

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