Se lo ubica en el italiano como despota, vinculado a la expresión griega en despótēs, sobre la conjugación del indoeuropeo *dems-pota-, formado por *dem-, en referencia a casa, y *poti-, entendido como poder. La palabra evoluciona desde su interpretación original en los tiempos de la antigua Grecia, donde refería al amo de la casa y por extensión a los esclavos como parte su propiedad, para luego señalar a la figura de un emperador, opresor o dictador, manifestando en la actualidad la idea de una autoridad que abusa de su posición, visible tanto en los órganos del estado como en el ámbito privado. Por su parte, es interesante destacar la corriente del despotismo ilustrado, que refleja el autoritarismo monárquico en la Europa del siglo XVIII.