Responde al griego como kalligraphía, exponiendo los elementos kallos, entendiendo la idea de belleza, sobre la raíz indoeuropea *kal(2)-, por bello o bonito, conjugado con gráphein, que remite a escritura o grabado, y el sufijo -ia, como propiedad de cualidad.
De este modo, no se trata apenas de registrar o documentar palabras y/o símbolos sobre un soporte, sino de trabajar sobre un estilo armonioso y artístico que posibilite potenciar el mensaje. Asimismo, se observa que si bien existen carreras para desarrollar una buena escritura, a partir de modelos definidos y técnicas de imitación, la belleza es algo subjetivo y cada individuo determina una caligrafía propia que lo identifica.
El hecho de no tener una buena caligrafía genera cierto rechazo, porque transmite un señal de desinterés y menosprecio para la persona que lo lee. En este marco, a pesar de que no nos gusta generalizar, es necesario hacer una excepción para los profesionales de la salud, quienes tienen la costumbre de escribir de una forma que nadie entiende, al nivel de utilizarse la expresión «letra de médico» para señalar la gráfica fea o inentendible de una persona determinada independientemente de su formación.
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Referencia APA
Benjamin Veschi, 03/2020, en https://etimologia.com/caligrafia/