Tiene referencia en el árabe como ḥaššāšīn, distinguiendo a los sanguinarios mercenarios Nizaríes, adeptos a la hierba alucinógena del hachís, sustancia cuya referencia en árabe aparece como ḥašīš, o de la variante del cáñamo, apreciado en el latín cannăbum, por cannăbis, ambas formas procedentes de cultivos de cannabáceas, observando que en un principio el adjetivo se limitaba a señalar a los drogadictos desde una perspectiva cultural natural y despectiva. Es esencial asociar ambos aspectos de la significación, el abuso de la hierba y la figura del mercenario, para consolidar su trascendencia en los idiomas del mundo, sin limitarse a la adicción propiamente dicha como numerosas fuentes plantean porque, de hecho, no necesariamente eran adictos, sino que se servían de esta sustancia como fuente de estímulo y coraje.
Uno se remonta a los tiempos de Las Cruzadas, entre los siglos XI y XIII, para encontrar en Medio Oriente las filas de los Nizaríes, una legión sicaria liderada en su apogeo por Hassan i-Sabbah (1050-1124), a quien se lo conocía como El viejo de la Montaña, cuyos integrantes eran conocidos como hashīshīn, forma plural para hashshāsh, quienes empoderados con el hachís enfrentaban a los ejércitos cristianos, así como también se lanzaban a cumplir las misiones pactadas. Pertenecían a la denominada Orden Ismaelita, estableciendo su centro de operaciones en los montes de Elburz, una zona ubicada al norte de Irán, consolidando una fortaleza denominada Alamut, abreviación para Aluh Amujt, entendiéndose por Nido de Águilas. Una de las primeras víctimas emblemáticas habría sido Nizam Al-Mulk, en 1092, por orden de quien lo sucedería, Malik Shah.
El ocaso de Alamut llegaría en 1255, luego de desatar la furia Hulagu Kan, habiendo identificado a los Nizaríes como responsables de la muerte de su hermano Chagatai Kan, que ocurriera en el año 1241.
El francés antiguo registra la forma hassasis, transformándose en el tiempo a assassin, determinando el inglés assassin. Por su parte, en el italiano se lo encuentra interpretado por assassini, extendiendo influencia en la configuración del portugués en assassino.
Asesino expone al responsable por el acto de matar, el peor de los delitos capitales.
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Referencia APA
Benjamin Veschi, 06/2020, en https://etimologia.com/asesino/